Los analistas escucharon atentamente los resultados presentados por P&G pero no todos mantuvieron el optimismo en la compañía por una serie de aspectos a futuro.
Según Nicholson los precios planificados por la firma y los mayores costos de los insumos la han dejado con una sensación de incertidumbre. "Los próximos dos trimestres probablemente verán una presión creciente y los resultados podrían ser desiguales". Además redujo su calificación desde comprar a neutral y redujo el precio objetivo en 15 dólares, llevándolo a 150 dólares
Los aumentos de precios en su cartera no entrarán en vigor hasta septiembre, por lo que la inflación en las materias primas podría hacer presión en los próximos meses. Además se encuentra con tipos de cambios desfavorables y comparaciones difíciles con lo que sucedió en 2020.
Nicholson también destaca que algunos mercados emergentes donde opera P&G parecen estar empeorando.
Estos factores podrían limitar la orientación de la compañía su perspectiva para 2022, año en el que muchos inversores están poniendo el eje ante un 2021 todavía con mucha incertidumbre.
Aunque la cotización se encuentra a un precio bajo, una prima del 6% frente al S&P 500 en comparación con el 25% histórico, es probable que los vientos en contra impidan que la valoración se expanda en el corto plazo.
No obstante, Nicholson cree que es una buena opción en el largo plazo debido a su posición en el mercado, un fuerte crecimiento del dividendo y del flujo de caja. Así como su historial de innovación y marketing. Pero por ahora es más seguro estar al margen.