Con un océano de por medio, los mandatarios de la economía mundial se ven las caras con el objetivo de evaluar los estímulos qué están o no a su disposición en estos momentos para insuflarle aire.
A un lado del Atlántico, rodeados de montañas, los banqueros centrales (entre ellos el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell y su contraparte europeo del BCE, Mario Draghi) se dan cita en Jackson Hole, Wyoming, desde este jueves y hasta el sábado. En la otra, mirando al mar en la cuna del veraneo burgués europeo , los líderes del G7 mantendrán reuniones en la localidad francesa de Biarritz, hasta el lunes.
¿Y qué hacen las bolsas mientras? Esperar, impresionables y con poca actividad, al arranque de simposio en EEUU, dónde la clave será la comparecencia de Jerome Powell, el viernes a las cuatro de la tarde. “Especialmente después de los últimos comentarios de Trump y Rosengren (Fed de Boston). El primero volvió a arremeter contra la Reserva Federk diciendo que es necesario un recorte de tipos de al menos 100 puntos básicos, y quizá también algo de compra de deuda pública (QE), mientras que el segundo dijo que no considera necesarias nuevas bajadas de tipos este año”, explican los expertos de Bankinter.
Ya lo alertaba Morgan Stanley en su último informe y en esta línea también lo recordaba este miércoles el analista de Link Securities, Juan J. Figares. No solo Rosengren, algunos de los pesos pesados de la FED siguen oponiéndose a seguir bajando los tipos de interés de referencia, al considerar que la economía estadounidense sigue mostrándose muy resistente. No obstante, y en relación a este tema, parece que la Administración Trump comienza a tener sus dudas sobre la fortaleza de la economía del país como muestra el hecho de que el propio presidente esté considerando medidas para impulsar la misma, incluida una posible reducción en los impuestos a las ganancias de capital. “Además, Trump admitía este martes por primera vez que los aranceles a las importaciones chinas pueden tener un impacto negativo en la economía de EEUU en el corto plazo, aunque señaló que su “línea dura” es necesaria y valdrá la pena a largo plazo.
Así que no extraña tampoco el aumento de la presión que Donald Trump realiza sobre Powell, mientras los expertos esperan pueda resistir el envite y no caer en la tentación de la dimisión. “Según datos recogidos por la agencia Bloomberg, el número de tweets en la que nombra al banco central ha pasado de un par en mayo y junio a superar la quincena en julio y agosto”, recuerda desde IG, Aitor Méndez.
Parece que el consenso estriba en que vendrán más recortes, pero hay una gran diferencia de opinión sobre cuándo y en qué medida.
Y es que las cosas han cambiado desde la reunión de la Reserva Federal de julio, con el agravamiento de la tensión comercial entre EEUU y China, por lo que la actualización del mensaje de la FED podría no proporcionar mucha información. “Además, La incertidumbre política en Italia y el crecimiento negativo en Alemania son relativamente nuevos en la mezcla, y añaden peso al argumento de que el BCE debería flexibilizar la política monetaria el próximo mes”, puntualiza el analista de CMC Markets David Madden.
Aunque no averiguaremos quién tiene razón sobre la recesión y dónde deberían estar los tipos de interés durante algún, desde Foreing Exchange Merkets James Elliot cree que los discursos de esta semana nos dirán si la Reserva Federal está preparada al menos para intentar ponerse a la altura de las expectativas del mercado y recortar de forma más agresiva. Esto acentuaría la curva de rendimiento y ayudaría a mejorar el sentimiento del mercado, incluso si no evitara una recesión. De ser así, el dólar estadounidense podría caer con fuerza.
¿Cómo frenar la llegada de la recesión? En esto todos coinciden. Estados Unidos tiene más espacio para moverse que otros grandes bancos centrales, que han llevado las tasas a territorio negativo. Pero está bajo el ataque implacable de Trump y se arriesgará a que parezca que cedió a la presión política al actuar de nuevo.
Por su parte, los expertos de Bloomberg recuerdan que la expectativa generalizada es que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, recorte los tipos de interés en la próxima reunión de septiembre, poco antes de que finalice su mandato. Además, su colega Olli Rehn dice que el banco debería presentar un paquete de medidas de estímulo más amplio para superar las expectativas del mercado.
Sin embargo, la pregunta que ronda todas las cabezas es la misma: ¿valdrá para algo? ¿tendrá impacto? La zona euro está inundada de liquidez y la tasa de interés de los depósitos está a un nivel récord, menos un 0,4%. Más recortes en las tasas reducirán la rentabilidad de los bancos, que no pueden pasar fácilmente el cargo a los depositantes minoristas, lo que suscita la preocupación de que retiren los préstamos.
En definitiva, y como se preguntan los expertos de Unigestión, ¿será suficiente con una política de la Fed más amigable y una economía estadounidense resistente para impulsar la economía global? Todo apunta a que finalmente será el sentimiento inversor quien marque la deriva de los mercados por lo que, ya saben, prudencia.