En un movimiento inesperado, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) han impuesto una multa de 348,2 millones de dólares a JPMorgan Chase, el mayor banco de Estados Unidos por activos. La sanción se debe a las deficiencias en el programa de supervisión de las actividades de negociación de empresas y clientes de la entidad, que no logró detectar conductas indebidas en el mercado.
La Fed ha emitido una penalización de 98,2 millones de dólares contra JPMorgan Chase por mala praxis entre los años 2014 y 2023. Por su parte, la OCC ha señalado que el banco no supervisó adecuadamente miles de millones de operaciones en al menos 30 plataformas de negociación globales, lo que constituye un patrón de conducta cuestionable.
Como resultado, JPMorgan deberá abonar 250 millones de dólares, mejorar su programa de vigilancia y someterse a una revisión por parte de terceros de sus políticas. Además, deberá consultar con los reguladores antes de abrir cualquier nuevo centro de negociación.
Esta no es la primera vez que JPMorgan Chase enfrenta una multa significativa por problemas en su supervisión. En 2021, la entidad tuvo que pagar 200 millones de dólares por deficiencias en el mantenimiento de registros, lo que muestra un patrón preocupante en sus prácticas de control y vigilancia de datos.
En resumen, la sanción impuesta a JPMorgan reafirma la importancia de la supervisión adecuada en el sector financiero y las consecuencias que pueden derivarse de no cumplir con las normativas y estándares establecidos tanto por la Fed como por la OCC.