Este optimismo se fundamenta en varios factores clave, como la disminución de los temores de recesión, una inflación moderada y un mercado laboral equilibrado pero sólido.
David Mericle, economista jefe de Goldman Sachs para Estados Unidos, ha afirmado a la ABC que “la economía de Estados Unidos está en un buen lugar”. A medida que la inflación se acerca al objetivo del 2% de la Reserva Federal, las condiciones económicas mejoran. Este contexto, combinado con un mercado laboral que ha demostrado su resistencia, contribuye a un panorama alentador para los próximos años.
El contexto global y su influencia en Estados Unidos
Goldman Sachs también prevé que el PIB global crecerá un 2.7% en 2025, similar al ritmo estimado para 2024. Sin embargo, se identifican desafíos significativos en regiones como la eurozona, donde el crecimiento podría ralentizarse hasta un 0.8%, posiblemente afectado por la política comercial de Estados Unidos bajo la administración Trump.
El índice bursátil S&P 500, que ha mostrado un rendimiento positivo en los últimos dos años, también se espera que registre su tercer año consecutivo de ganancias. Goldman Sachs estima que el índice alcance los 6,500 puntos para finales de 2025, respaldado por un aumento del 11% en las ganancias corporativas y el crecimiento del PIB proyectado en Estados Unidos.
Impacto de las políticas de Donald Trump
La política económica y comercial de la administración Trump podría jugar un papel clave en la evolución de la economía estadounidense en los próximos años. Trump ha sugerido posibles aumentos de aranceles a las importaciones, incluyendo bienes provenientes de China y vehículos automotores. Según Goldman Sachs, estas medidas podrían elevar las tasas arancelarias efectivas en tres a cuatro puntos porcentuales, lo que incrementaría los precios para los consumidores estadounidenses.
Un ejemplo claro de este impacto es el volumen de bienes importados por Estados Unidos, que alcanzó los 3.1 billones de dólares en 2023. James Knightley, economista jefe internacional de ING, señala que la economía estadounidense no tiene la capacidad de reemplazar completamente esta dependencia de bienes importados, lo que podría erosionar el poder adquisitivo de los consumidores. Además, los aranceles de represalia por parte de otros países podrían intensificar las tensiones comerciales y afectar negativamente al comercio internacional.
El papel de la inmigración y el mercado laboral
Otra política clave bajo la administración Trump sería la reducción de las cifras de inmigración, un factor que podría afectar significativamente al crecimiento económico. En los últimos años, el aumento en la inmigración ha impulsado el crecimiento de la fuerza laboral, contribuyendo de manera positiva al PIB. Una caída en las cifras migratorias podría provocar un mercado laboral más ajustado, reduciendo el dinamismo económico y complicando los esfuerzos de las empresas para encontrar trabajadores calificados.
Por otro lado, el mercado laboral sigue mostrando fortaleza, con la creación de 2.17 millones de puestos de trabajo en los últimos 12 meses. Sin embargo, Aaron Sojourner, economista laboral, advierte que la tasa de contratación ha disminuido gradualmente, lo que sugiere que encontrar empleo podría ser más desafiante en los próximos años.
Política fiscal: recortes de impuestos y deuda nacional
Goldman Sachs anticipa que los recortes fiscales de 2017 bajo la administración Trump se extenderán en su totalidad, acompañados de nuevas reducciones modestas en los impuestos.
Aunque estas medidas podrían estimular el gasto de los consumidores, también plantean riesgos a largo plazo. Stephan Weiler, economista de la Universidad Estatal de Colorado, advierte que estas políticas podrían aumentar la deuda nacional, lo que a su vez presionaría los bonos del Tesoro y, potencialmente, elevaría las tasas hipotecarias en un momento en que la asequibilidad de la vivienda ya es un problema crítico para muchos estadounidenses.
Inflación y tasas de interés: el enfoque de la Reserva Federal
La Reserva Federal ha elevado su tasa de interés de referencia en 11 ocasiones entre 2022 y 2023 para controlar la inflación. Sin embargo, Goldman Sachs anticipa que la Fed comenzará a recortar las tasas de interés, como ya lo hizo en septiembre y noviembre de 2024.
Este movimiento busca estimular el crecimiento económico, pero las tasas hipotecarias podrían no seguir el mismo ritmo, ya que están más influenciadas por los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, que podrían mantenerse altos debido al aumento de la deuda pública.
La Fed también enfrenta el desafío de mantener su independencia política en un contexto donde la administración Trump podría intentar influir en sus decisiones. Esto añade un nivel adicional de incertidumbre sobre cómo se desarrollará la política monetaria en los próximos años.
Oportunidades y desafíos para 2025
El pronóstico de Goldman Sachs refleja un equilibrio entre oportunidades y desafíos. Por un lado, la resiliencia del mercado laboral y la moderación de la inflación son factores positivos que respaldan el crecimiento proyectado del 2.5%. Por otro lado, las políticas comerciales y fiscales podrían generar incertidumbre, especialmente si los aranceles más altos y las restricciones migratorias se implementan de manera amplia.
El impacto de estas políticas podría ser compensado en parte por los recortes de impuestos, aunque sus efectos beneficiosos podrían tardar más en materializarse. Mientras tanto, los consumidores estadounidenses, que son el principal motor de la economía, seguirán desempeñando un papel crucial en determinar la fortaleza económica del país.