No se habla de otra cosa en los mentideros de Wall Street. Porque vuelve el tema, que parecía manido y venido a menos de una posible y futura recesión. Como lo oyen, a pesar de un Nasdaq que brilla con luz propia en el primer trimestre del año, el DOW JONES Ind Average, el indicador más tradicional del mercado sigue ligado, como pegado con pegamento, a la posibilidad de que, la crisis financiera, sea el anticipo de la llegada del crecimiento negativo a la economía estadounidense.
De hecho, los valores financieros, incluso dentro del índice son los únicos que parecen salvarse de la quema generalizada que ha dejado a Dow Jones en tablas, sin lustre alguno en lo que llevamos de año, con un trimestre que muchos inversores consideran perdido entre los valores más tradicionales y ligados a la economía real, la del día a día, conocida en Estados Unidos como “mainstreet”.
Y de nuevo, las inquietudes siguen siendo las mismas para el trimestre recién comenzado, porque el panorama presenta que los valores tech, con su índice revalorizándose por encima del 22% en el sectorial del S&P 500 como el gran ganador trimestral, y Bitcoin brillando como el más alcista en el mercado, cambian las reglas del juego.
De momento Dow Jones avanza un 3,64% en la última semana, los cinco días previos bursátiles, que se convierten en avances en el mes, acumulados de abril de algo más de medio punto. Triste bagaje para el trimestre, de subidas de apenas el 1,39%, que también se convierte en el acumulado del ejercicio.
De momento, algo más de tranquilidad entre los inversores por las preocupaciones habituales, la inflación que más gusta a la Fed cerraba la semana pasada, el PCE, el índice básico de gastos de consumo personal, con un alza en febrero de tres décimas por debajo de lo esperado lo que anima sin duda a pensar que la Reserva Federal se lo puede seguir tomando con calma a cuenta de las subidas próximas de los tipos, con el consiguiente respiro a la economía.
Pero en el trasfondo subyace que las correcciones de la inflación no son ni de lejos decididas. O las declaraciones de algunos de sus miembros, como las de la presidenta de la Fed de Boston Susan Collins, que indicaba que, sea cual sea el nivel último que alcance la subida de tipos, deberá mantenerse durante un tiempo, para revertir la elevada inflación persistente, que se aleja de la cota deseada del 2%.
En cuanto a valores, destacan los avances solo a doble dígito de Intel en la última semana, seguidas de Chevron gracias al acuerdo de la OPEP del domingo y Boeing Co Ambas con ganancias que superan el 8%. Además, no se han registrado caídas en la última semana dentro del indicador, con Merck & Co Rg-WI y American Express como los únicos valores que se revalorizan en los últimos 5 días de bolsa en el Dow Jones con ganancias inferiores al 1% acumulado.
Una semana en la que seguirán latentes los problemas del sector bancario y los primeros esbozos y pensamientos de las próximas ganancias empresariales por publicar, con la idea de que, el estrés financiero puede retomar la senda de la presión sobre la economía, con una afectación ya real de las subidas de tipos, y el consiguiente impacto a modo de recesión futura.
Aunque también es cierto que algunos inversores aseguran que las acciones ya han podido descontar este escenario latente de recesión, que se vio interrumpido por los avances decididos de los dos primeros meses del año y truncados en algunos casos con el colapso de Sillicon Valley Bank.
Sea como fuere, la semana en curso, corta, por la fiesta de Viernes Santo del viernes, nos traerá como plato estrella ese día de cierre el informe de empleo de marzo, aderezado mañana miércoles por los datos ADP de creación de empleo privado. También contaremos con PMI de servicios, la balanza comercial y algunas declaraciones de miembros de la Fed.