Entre las advertencias sobre un exceso de valoración de no pocos analistas y unas perspectivas de crecimiento imbatibles para algunos expertos, lo cierto es que el índice tecnológico, el Nasdaq, es el mejor de los selectivos desarrollados, con ascensos de más del 18% en 2017.
En este contexto, uno de sus valores principales, Amazon asciende más de un 31% en el año (casi un 29% a 12 meses). Repunte que parece quedarse ‘corto’ si lo comparamos con las ganancias superiores al 71% para Activision Blizzard (cercanas al 54% si ampliamos el plazo a los últimos 12 meses).
Se impone también en las valoraciones del consenso la compañía de videojuegos, pues FactSet le otorga una recomendación media de sobreponderar, con precio objetivo en los 58,57 dólares; frente al consejo de compra, con precio objetivo en los 971,23 dólares, del site de comercio online.
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Y en la reciente temporada de presentación de resultados del segundo trimestre, Activision Blizzard batía las previsiones con un beneficio de 243 millones de dólares (frente a los 151 millones previos). Si bien, sus objetivos para todo el año se quedaban por debajo del consenso: espera unos ingresos de 6.400 millones en 2017, frente a los 6.540 millones estimados por el mercado.
Con todo, tras conocerse sus cuentas, desde Jefferies destacaban que la compañía está “construyendo un negocio tipo la Disney del siglo XXI, con mucho más margen operativo”. De hecho, creen que será capaz de crear una liga estilo NFL para su juego con “derechos de retransmisión, anuncios y patrocinadores”.
Técnicamente, los Indicadores premium de Estrategias de inversión le otorgan una puntuación de 10 sobre 10, situando al valor en fase alcista.
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Comparte nota Amazon con el grupo de videojuegos y también tendencia: 10 sobre 10, alcista. Pero sus cuentas del segundo trimestre no lograban convencer al mercado, al caer su beneficio hasta los 197 millones, desde los 857 millones previos, y ante las preocupaciones por su política de inversiones. Aunque sus ingresos repuntaron hasta los 38.000 millones, desde los 30.400 millones previos y frente a los 37.200 millones esperados.
En este sentido, desde Piper Jaffray consideran que las caídas del valor, derivadas de la debilidad de márgenes, han sido “un regalo, comprar en esos pullbacks ha demostrado ser una sólida estrategia a lo largo del tiempo”.