1. ¿Ha dejado de ser atractivo invertir en deuda corporativa?
La razón más importante es que el yield es muy bajo en estos momentos debido a la situación económica y a la actuación de los bancos centrales. Así, los yields están próximos a sus niveles históricos más bajos con lo que incluso invertir en deuda corporativa en Europa en yield está en torno al 2,5%, lo que no es un gran retorno, especialmente cuando la inflación está alrededor del 1,5% también. Creo que el retorno que obtendrías en deuda corporativa sería menor que en los años previos”.
2. En su opinión, da más confianza la situación de España e Italia ahora. ¿Qué ha cambiado y cuáles son los riesgos?
El BCE está proporcionando mucho soporte al mercado por medio de declaraciones en las que asegura estar preparado para comprar bonos españoles si fuera necesario. Aún así, creo que estamos viendo una mejora en la situación doméstica de España, en sus bancos, en las mejoras de la economía; quizás también su situación fiscal esté mejorando. Pero existen algunos riesgos. A fin de cuentas la situación de la deuda gubernamental es aún muy negativa, habrá bastante volatilidad en el mercado, aunque a pesar de todo es una inversión importante.
3. Van cuatro años de rally en la renta variable, ¿cree que es momento de tomar un respiro?
“Para los inversores de renta variable creo que la clave podría estar en los beneficios corporativos y las compañías siguen entregando estos beneficios, mientras lo que necesitarían es parar de invertir y parar de contratar a gente. Así que creo que va a ser un contexto desafiante para las compañías, podrán seguir manteniendo un buen nivel de ventas, buen crecimiento, pero no creo que puedan seguir manteniendo un buen margen de beneficios como el que hemos visto hasta ahora. No estoy muy alcista en renta variable, pero tampoco bajista, aunque creo que va ser difícil para la renta variable mantener un retorno de un 16/17% este año”.
4. ¿Debería el BCE actuar para frenar la ‘guerra de divisas’?
“El BCE se encuentra en una posición complicada protegiendo al euro, el valor exterior del euro porque parte de unas tasas de interés muy bajas, y aún queda por reducir estos ratios algo más. El verdadero problema es la FED, potenciando los Quantitative Easing, el Banco de Japón se encuentra en un proceso de expansión de su economía aún mayor, así que el BCE no puede hacer mucho más. En cierto sentido, un euro fuerte es bueno porque significa mayor confianza en el mercado y en la economía europea, pero no es bueno para las exportaciones europeas, desde luego”.