Cuando los mercados comenzaron el ejercicio actual y miraron al horizonte solo pudieron ver una cosa a lo lejos; una bandada de aves oscuras que no podía ser otra cosa que cisnes negros. No eran muchos, pero generaban mucho miedo. Tanto que llevaron a los mercados a experimentar caídas que en algunos casos se acercaron peligrosamente al 20%.
Los cisnes negros de principios de año tenían nombres y apellidos y solo el sonido de su aleteo convulsionó las bolsas de todo el mundo.
- El primero de ellos representaba a un posible enfriamiento drástico de la economía China. Nadie creía en los datos de PIB que daban las autoridades de ese país. Algunos expertos llegaban a afirmar que la economía del país podría haber crecido menos de un 5%, muy por debajo de los datos oficiales.
El gigante asiático ha sido durante la última década el verdadero motor de la economía mundial. De hecho, en este tiempo cada punto de crecimiento de la economía global, China generaba alrededor de un 20%. Es decir, si el país pasa un mal momento, el resto del mundo lo sufría en gran medida.
- El cisne negro que volaba justo ponía alas a una posible recesión en Estados Unidos. A pesar de que a finales de 2015 todos los indicios sobre la economía del país eran positivos, los temores de China, conjugados con un dólar fuerte y la primera subida de tipos en más de una década hicieron que los inversores consideraran que la posibilidad de recesión era alta.
- No muy lejos volaba un cisne negro que representaba a la caída del precio del petróleo. En solo unas semanas el barril llegaba a caer alrededor de un 30% y se situaba por debajo de la cota de los 30 dólares. La guerra abierta entre Arabia Saudí y los productores no convencionales se dejaba por el camino algunos cadáveres, sobre todo las economías de los países productores con menos superávits.
- Un poco más lejos volaban otras aves. Una de ellas se llamaba Deutsche Bank y sus problemas con los COCOs. Los mercados llegaron a temer una réplica de la crisis financiera europea, aunque el acento alemán de este cisne impidió males mayores.
Sin embargo conforme han ido pasando los meses, estos cisnes negros han quedado simplemente en aves que se han vuelto blancas. Los últimos datos muestran que la reducción del ritmo de crecimiento de la economía China no es tan elevada. Es más, el FMI ha elevado su previsión para el PIB del país este año hasta el 6,5%.
Según Álvaro Sanmartín, economista jefe y asesor del Alinea Global en MCH IS “los datos macro que se han ido conociendo en el último mes no confirman para nada las tesis catastrofistas que han dominado el devenir de los mercados en los últimos meses: ni EEUU tiene un riesgo elevado de caer en recesión a corto plazo; ni la recuperación europea está perdiendo fuelle; ni en China están apareciendo signos de que la desaceleración que está experimentando el país se esté volviendo abrupta (al contrario, los datos de marzo en China apuntan más bien a un cierto rebote de la actividad que sólo en parte puede atribuirse a factores estacionales)”.
El experto explica que “aunque todavía es posible que el crudo tenga un comportamiento volátil en las próximas semanas, lo cierto es que parece que el mínimo de su precio podemos haberlo visto ya”.
Pero aunque el mundo se ha librado de estos temores, los mercados empiezan a especular con la posibilidad de que los verdaderos cisnes negros estuvieran ya aquí, aunque camuflados.
Precisamente esta misma semana BofA Merrill Lynch acaba de publicar su encuesta mensual a gestores de fondos. Las conclusiones muestran que el mayor riesgo para los mercados en estos momentos es un Quantitative Failure, es decir, un fallo derivado de las inversiones de estilo cuantitativo. Esta opción la temen un 21% de los encuestados.
Justo por detrás, los expertos ven como segundo temor el Brexit, es decir, que el Reino Unido decida en el referéndum de junio salir de la Unión Europeo.
José Luis Martínez, estratega de Citigroup explica que “el mercado viene mucho más estable ya que hay tres puntos que están dando estabilidad: China, Crudo y la economía de EEUU da la sensación de que está mejorando. Crecimiento en mi opinión que estará cerca del 2%. Con todo, hay bastante preocupación sobre el referéndum británico, inquietud sobre el tema de Grecia y es una mejora pero es lateral.”
Da la sensación de que Europa va a volver a ser el centro de muchos de esos temores. Como explicaba el experto de Citigroup, aunque hace ya casi un año que Grecia no ocupa titulares, lo cierto es que la situación en el país no ha cambiado mucho y que los vencimientos de deuda que le vienen encima en los próximos meses podrían volver a reiniciar una nueva negociación en Europa.
Como explica José Luis Martínez, “el retraso en la finalización del primer review y las conversaciones sobre un potencial nuevo ajuste en la deuda nos aproxima al periodo de nuevos vencimientos de papel: cerca de 3.000 millones de euros en julio. Hay tiempo, pero no excesivo tiempo”. Recuerda el experto que la Troika podría obligar a los griegos a hacer más ajustes, por ejemplo, en el sistema de pensiones y sería el tercero en tres años.
Muchos expertos señalan también a que otro riesgo al que se enfrentan los mercados es la crisis de los refugiados y de inmigración en Europa, o un recrudecimiento de los atentados terroristas.
Con todo, Álvaro Sanmartín decía en un reciente informe que “aunque ahora pueda parecer lo contrario, no es en absoluto imposible que la principal sorpresa que veamos en los próximos 12 meses no sea una desaceleración global mayor de la esperada sino una subida de la inflación más rápida de lo que ahora se prevé por parte de los mercados”.
Una vez dicho esto, si hay algo que caracterice a los cisnes negros es la incapacidad para que los podamos reconocer con una anticipación suficiente. ES decir, que si alguno tiene la intención de aparecer solo lo sabremos cuando ya esté delante.
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