Gran parte de la caída de los resultados está relacionada con los gastos que ha generado la venta del negocio de Pringles. Si no se tienen en cuesta costes ligados a la reestrucutración, el beneficio por acción hubiera sido 79 centavos.
La compañía está gestionando caída de ventas en algunas unidades de su negocio, como la de belleza. Para ello ha acudido de nuevo a la gestión de Alan G. Lafley, que ha vuelto a convertirse en CEO tras abandonar la compañía hace cuatro años.
Su primer movimiento importante fue racionalizar Procter & Gamble y dividirla en cuatro grupos basados en las diferentes áreas de la industria para ayudar a las innovaciones del producto y el crecimiento global de la compañía.
Esto, entre otras cosas, ha permitido que las ventas del cuarto trimestre fiscal han aumentado con respecto al mismo periodo del año pasado y han ascendido un 2,2% hasta alcanzar la cifra de 20.700 millones de dólares..