Tsipras no dimitirá porque confía en que Podemos gane en España para liderar el cambio en Europa. ¿Cree factible esta situación?, ¿lo descuenta el mercado?
El riesgo político en España se ha magnificado mucho por los medios anglosajones en los últimos tiempos, pero la resolución de la crisis griega no ha podido ser mejor vista desde la óptica del riesgo político para el caso español. La salida de la crisis de Grecia ha pasado por que cumplan con todas y cada una de las propuestas que le ha exigido la UE, lo que pone encima de la mesa que dentro de Europa no hay atajos y la cabida para gobiernos populistas es mínima. Por tanto, lejos de lo que ha dicho Tsipras, el riesgo político en España, si acaso, es inferior a hace unos días.
Nunca he visto la posibilidad de que España se convirtiera en Grecia y gobernara un partido radical. Además, extrapolando el resultado de las elecciones autonómicas, ese riesgo es inexistente.
¿Cómo se puede instrumentalizar el fondo de garantía de 50.000 millones de Grecia para que reciba un tercer rescate?
Lo de menos es cómo se instrumenten los aspectos técnicos y, lo de más es la resolución política que se le ha dado a esta crisis. Con los criterios que se han establecido para controlar que se vayan cumpliendo cada uno de los aspectos hacen que haya poco riesgo de incumplimiento. Siempre que haya voluntad política para hacerlo, se instrumentalizarán los medios. Lo que vuelve a poner sobre la mesa es que no hay atajos dentro del club del euro, de que no hay forma de hacer las cosas de forma distinta, lo que es una buena noticia para la unión monetaria y mala para los populismos que han llevado por bandera que podrían seguir dentro del club euro haciendo las cosas de forma distinta.
Ahora que el tema de Grecia se va solucionando, ¿seguirá aumentando la exposición al ciclo?
Tengo mucha exposición al ciclo a través de televisiones, hoteles, bancos, aseguradoras. Veo el valor de las compañías y creo que el mercado se había equivocado y no había metido en precio la fuerte recuperación del ciclo. Además, hemos pasado de 7 años de caídas de ingresos, a 7 años de ajustes de costes y, ahora sólo llevamos un año de recuperación de los ingresos, lo que se está trasladando a la cuenta de resultados ,pero no está siendo interiorizado por el mercado.
Tiene todos los bancos del Ibex 35 en cartera excepto Santander, ¿por qué?
Mi exposición a bancos es una forma de jugar las dos de las claves de inversión más importantes: la normalización de la percepción del riesgo en Europa y exposición cíclica de la economía española.
En cuanto a la normalización de la percepción del riesgo en Europa, se está cerrando el problema griego y creo que ya no hay cabida para portadas de ruptura del euro.
Por el lado de la recuperación cíclica, vemos que es recogida en la cuenta de resultados (mejores márgenes, menos costes de financiación, menos mora) y ahora están cotizando a múltiplos muy atractivos, por debajo de valor en libros y, en un año medio de ciclo creo que van a tener a rentabilidades del 15-20%, por tanto, tienen un potencial de revalorización muy importante.
No tengo Santander en cartera por su exposición a Brasil y porque no tengo clara la estrategia de internacionalización del nuevo management.
Sacyr ya está limpio de la deuda de Testa y Vallehermoso. ¿Cree que el mercado se lo ha reconocido?
Sacyr ha sido una historia de reestructuración que jugué desde el principio. Sacyr no tenía un problema de deuda porque la deuda de Vallerhermoso no tenía recurrencia contra la matriz. Por tanto, el problema de deuda tenía otra dimensión. Hoy por hoy esa historia de reestructuración es un hecho. Acaban de vender Testa, pero creo que el mercado no lo ha recogido bien y era, precisamente otra de las razones de mi inversión.
Tenemos la suerte de poder jugar la recuperación del sector inmobiliario a través de empresas cotizadas como Testa, Colonial o Merlin, que son las que tienen los mejores activos inmobiliarios en cartera y que son los que antes y mejor recogen la recuperación de precios y rentas.
Otra de sus apuestas en el sector constructor es Ferrovial. ¿Qué valora de esta compañía?
Es una compañía con unos activos fantásticos que va a sufrir un re-rating por los tipos de interés. Creo que los tipos se instalarán más debajo de donde están por la globalización (entrada de China que ha creado deflación, y flujos migratorios). Al aplanarse la curva de tipos, valoración de los activos que tienen como referencia estas curvas sufra un re-rating. La mejor forma de jugarlo a través de una empresa cotizada española es Ferrovial que, por otra parte, tiene los mejores activos financieros, como ETR 407 en Canadá o la autopista en Dallas.
¿Cree que IAG puede beneficiarse de un posible abaratamiento del petróleo tras el pacto con Irán?
Es un tema coyuntural, pero las cuentas de las aerolíneas son de las que más se benefician de la caída del precio del petróleo. Creo que estamos en un nuevo paradigma del precio del petróleo, no sólo por la entrada de Irán (más oferta), sino también por el papel de la OPEP, donde Arabia Saudí está aumentando la producción porque considera que el petróleo no va a dejar de existir porque se acabe, sino porque haya nuevas tecnologías que lo sustituyan; por ello, los árabes, que tienen los menores costes de producción, quieren ser los que vendan los últimos barriles.
En los últimos años hemos visto un nuevo proceso de consolidación de las líneas aéreas nacionales, que han racionalizado mucho su gestión, pues estas compañías tienen muchos agujeros en su cuenta de resultados pero, gracias a la integración, van hacia cuentas de resultados más razonables y que aún no han sido puestas en precio. Yo siempre he perdido dinero invirtiendo en aerolíneas y ahora con IAG estoy ganando.
¿Qué valora del nuevo plan estratégico de Indra?
Tiene mucho sentido común. En los últimos años, como consecuencia de la muerte de su principal cliente, la Administración Española, llevó a cabo un proceso de expansión internacional desordenada por el que sacrificaron margen o rentabilidad por crecimiento. En cambio, el nuevo plan estratégico va a reducir exposición a mercados y proyectos donde no estaban ganando dinero y centrarse en los mercados rentables. Los objetivos marcados son ambiciosos, pero la calidad del management nuevo hace que sea un reto asumible y que no está reflejado en el precio de la compañía.