¿Qué son los ciclos económicos?
Los ciclos económicos son las variaciones regulares de la actividad económica que se suceden históricamente y que responden a distintas fases y que son fundamentalmente: depresión, recuperación, expansión y recesión. Los ciclos económicos son las fases recurrentes de auge y caída que suelen presentar los mercados y las economías.
Las cuatro fases de un ciclo económico
Aunque existen numerosas teorías que explican las causas de los ciclos económicos, la mayoría suele coincidir en las cuatro fases: expansión, apogeo, contracción y recuperación.
Fase 1: Expansión.
Durante la fase de expansión, los tipos de interés suelen estar en niveles bajos, lo que provoca que los consumidores y a las empresas la obtención de préstamos. La demanda de bienes de consumo aumenta y las compañías empiezan a aumentar la producción para satisfacer la demanda de los consumidores. Para incrementar la producción, las compañías aumentan la plantilla incrementando el personal o invierten capital para ampliar su infraestructura física y sus operaciones. Por lo general, los beneficios de las empresas también están al alza junto con las cotizaciones bursátiles. Por último, el producto interior bruto (PIB) también comienza a aumentar a medida que la economía inicia su ciclo de "auge".
Fase 2: Pico.
En esta fase, la economía alcanza una tasa máxima de crecimiento. A medida que aumenta la demanda de los consumidores, llega un momento en que las empresas ya no pueden aumentar la producción y la oferta para satisfacer la creciente demanda. Algunas compañías podrían verse en la necesidad de ampliar sus capacidades de producción, lo que implica un mayor gasto o inversión en esta fase debido a un aumento desorbitado de la producción. Las compañías también pueden empezar a experimentar un aumento de los costes de producción (incluidos los salarios), lo que lleva a algunas a trasladar estos costes al consumidor a través de precios más altos. Generalmente, esta fase suele provocar un aumento de la inflación, lo que puede hacer intervenir a los bancos centrales aumentando los tipos de interés.
Fase 3: Contracción.
Tras tocar techo, comienza la contracción económica. En esta fase, empiezan a caer los beneficios empresariales y el gasto de los consumidores, sobre todo en artículos discrecionales (por ejemplo, de lujo). Generalmente provocado por un aumento de los precios que desincentivan el gasto. El valor de las acciones también disminuye, ya que los inversores trasladan sus inversiones a activos más "seguros", como los bonos del Tesoro y otros activos de renta fija, además del dinero en efectivo. El PIB se contrae debido a la disminución del gasto. La producción se frena para adaptarse a la caída de la demanda. El nivel de trabajo y los ingresos también pueden disminuir, ya que las empresas congelan temporalmente la contratación o recurren al despido. En general, la actividad económica se ralentiza, las acciones entran en un mercado bajista y suele seguir una recesión.
Fase 4: Recuperación.
La fase de recuperación es cuando la economía toca fondo y comienza de nuevo el ciclo. Las políticas aplicadas durante la fase de contracción empiezan a dar sus frutos. Las empresas que retrocedieron durante la contracción empiezan a crecer de nuevo. El valor de las acciones tiende a subir, ya que los inversores ven un mayor potencial de rentabilidad en las acciones que en los bonos. La producción aumenta para satisfacer la creciente demanda de los consumidores y, con ella, la expansión de las empresas, el empleo, los ingresos y el PIB.
En estos periodos, tanto los bancos centrales como los políticos suelen tener un papel interventor claro aumentando el gasto, reduciéndolo o subiendo y bajando los tipos. Generalmente, en la parte expansiva, los bancos centrales suben los tipos para controlar la inflación y la recesiva los bajan para evitar o disminuir la recesión.