Los analistas de BlackRock capitaneados por el director de estrategia de la entidad, Stephen Cohen, explican que “más de veinte bancos centrales han relajado o recortado sus tipos de interés de un modo o de otro (algunos de ellos, en varias ocasiones)”.
Además, recuerdan que el primer trimestre de 2015 ha estado marcado por la debilidad del crecimiento en Estados Unidos. Además, recuerdan que las acciones de los bancos centrales han contribuido al desplome hasta cero de las rentabilidades en numerosos segmentos de la renta fija.
Apuntan que “actualmente, las miradas se centran en aquellas autoridades monetarias que se plantean endurecer sus políticas, en concreto, en la FED y su posible subida de tipos”. En el banco consideran que la institución que dirige Yellen tomará esta decisión en septiembre.
Sin embargo creen que algunos bancos centrales acaben con la relajación de sus políticas después de que algunas “presiones desinflacionistas del primer trimestre (como los precios del crudo) se estabilicen”.
Creen que en los próximos meses podríamos ver en algunas carteras un efecto negativo derivado de las rentabilidades negativas de algunos títulos. Recuerdan que “recientemente, la escasa liquidez en el mercado secundario de bonos ha agravado los repuntes de volatilidad. El efecto en la gestión de carteras centradas en la percepción de rentas "seguras" será notable en caso de que la volatilidad continúe”, afecta.
¿Por qué ha ocurrido esto? Aseguran en BlackRock que “el apetito por la rentabilidad no parece remitir. Sencillamente, no hay suficientes títulos de renta fija de calidad para satisfacer tanta demanda y las rentabilidades reducidas son, a día de hoy, un gran desafío para las instituciones a escala mundial”, afirman en la entidad.
Así, los gestores aseguran que mantienen su “visión positiva sobre los bonos emitidos por entidades financieras europeas. Los bonos contingentes convertibles (CoCo), por ejemplo, han registrado una buena evolución en 2015”.
Además, afirman que el atractivo de la deuda barata y de la rapidez de las rentabilidades a los accionistas están acelerando las emisiones de bonos corporativos. La necesidad de dar con valores que arrojen rentabilidad debería seguir impulsando los activos de alto rendimiento en ausencia de cualquier incremento en las tasas de impago.
QUIZÁ LE INTERESE LEER: “Así ahorramos los españoles”