“Empecemos con la realidad: la mayor parte de nosotros no tiene un plan financiero que nos permita amasar una suma concreta que nos permita retirarnos en un momento dado. En su lugar, solemos ahorrar lo que podemos”, asegura el experto.
En su opinión, esto significaría que nos tendríamos que conformar con menos de un 80% de nuestro salario. “Aunque no estaría preocupado”, afirma el columnista.
Según una reciente encuesta, la mayor parte de los jubilados en Estados Unidos viven con alrededor de un 66% de los ingresos que tenían antes de jubilarse y más de la mitad aseguran que su vida ahora es mucho mejor que cuando trabajaban. Y la mayor parte de ellos afirman que “no necesito gastar tanto como antes”.
Entre otras cosas, porque a la edad de jubilación ya se han acabado los gastos más elevados de cualquier familia de clase media en Estados Unidos: los hijos.
Sin embargo hay quienes consideran que en ocasiones, cuando los vástagos abandonan el hogar, en lugar de ahorrar más, lo que hacen los progenitores es consumir más.
El único problema para este columnista que podrían tener los jubilados con menos ingresos es el de hacer frente a los gastos de salud, sobre todo si quieren terminar sus días en una residencia.
Los datos muestran que en Estados Unidos los ciudadanos ahorraban alrededor de un 5% de sus ingresos cada año, poco, si se tiene la vista puesta en la edad de jubilación. En teoría, según el columnista, para conseguir retirarse con unos ingresos adecuados sería conveniente ahorrar algo más del 10% de los ingresos.
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