Es, lo que los expertos califican como un bull market maduro, y en este tipo de circunstancias, las correcciones suelen ser normales. Y eso que en los índices de Estados Unidos, por ejemplo, no habían sufrido descensos de más del 10% desde 2011, es decir, en cuatro años.
Quizá la tranquilidad en la que han vivido los inversores en los últimos años, la virulencia de la caída y el hecho de que el shock procediese de China, un mercado tan importante como desconocido, es lo que ha provocado que las incertidumbres sobre los mercados sigan latentes en el ánimo de los inversores.
De esta forma, el MSCI AC World Benchmark, que es el índice que mejor refleja el comportamiento de las bolsas a nivel mundial cayó un 10% de julio a septiembre, lo que supone el peor periodo desde el tercer trimestre de 2011. En Citi recuerdan, además, que se trata del mayor sell-off trimestral del presente ciclo. Las caídas desde máximos, no obstante, habían sido algo superiores, del 16%.
Se trata de un porcentaje que no es muy superior a la caída media de los sell-off desde 1970 a nivel global que en Citi calculan ronda el 12%.
Pero, desde luego, no todos los activos se han comportado de la misma manera en este periodo. ¿Cómo habría quedado su cartera si replicase la composición de los mercados globales desde principios de año?
Hay que tener en cuenta que el peor activo de este periodo han sido las materias primas que, de media, han caído un 18%. El segundo activo que peor se comportó fue la renta variable, que ha cedido un 9% y el high yield, que perdió un 5%. La renta variable de países emergentes, cayó 9 puntos porcentuales más que la global. No es de extrañar, claro está, si se tiene en cuenta que el foco del pánico procedía del mayor emergente del mundo, China. Sólo el índice de Shangai cedió desde máximos algo más de un 40% en poco más de dos meses, aunque el descenso en el año se limita prácticamente a un 4%.
Por el contrario, los bonos de los gobiernos, los soberanos, han sido el active que mejor se ha comportado, con subidas medias de un 2%, seguidas por los bonos con calificación de grado de inversión.
QUIZÁ LE INTERESE LEER: “Los millonarios siguen invirtiendo en renta variable” o “Cómo reaccionarán los activos de su cartera ante una subida de tipos”