El lector habitual de esta sección tendrá ya claro que el gran enemigo del trader es él mismo. Son sus emociones las que continuamente perturban (para bien o para mal) su actividad de trading.
Hay una cuestión en materia de trading que genera mucha discusión entre los participantes en el mercado y es si hay que anticiparse a los posibles movimientos del mercado o, al contrario, reaccionar a ellos una vez que se han producido.
Uno de los aspectos que más preocupa a los especuladores es el precio al que compran o venden sus acciones. Es evidentemente importante ya que ese precio es el que determina si la operación se salda con ganancia o con pérdida. No voy a entrar aquí en las consecuencias psicológicas que entraña el hecho de que el inversor o el especulador tenga la mente anclada en ese precio.
Seguro que para algunos la idea de construir uno mismo una cartera como si fuera un gestor de hedge fund habrá despertado alguna risa, desconcierto, incredulidad o sorpresa, pero en realidad es lo que desea la mayoría de inversores.
¿Qué tienen en común la voluntad de perder peso y el hacer trading intradiario? Aparentemente nada, salvo que para la mayoría de la gente tanto adelgazar como ganar dinero haciendo day-trading es tremendamente difícil a pesar de que la receta para conseguirlo es conocida de todos.
El título de este post es un poco fuerte, pero no se aleja demasiado de la realidad. Vamos a ver.
En este post quería abordar una cuestión que tiene que ver, a primer vista, más con temas técnicos de construcción de un sistema de trading que con aspectos puramente psicológicos, aunque subliminalmente hay una relación muy importante entre ellos.
Una de los aspectos más difíciles del trading, desde mi punto de vista por lo menos, es diferenciar las “buenas” señales de las demás, entre todas la que pueda generar el sistema de especulación.
Vivir del trading es un propósito realmente difícil de conseguir. Cuando uno ve los toros desde la barrera, tiene la impresión de que uno puede lograr ese objetivo sin demasiado esfuerzo. Pero cuando uno tiene que lidiar con los mercados, rápidamente se da cuenta de que no es tan fácil. Y no es tan fácil porque uno suele abordar esta disciplina con una mente racional.
Uno de los secretos de los mejores traders es que son capaces de concentrar sus esfuerzos en las mejores oportunidades. Es algo común entre aquellos que destacan en su disciplina. Los mejores jugadores de tenis, por ejemplo, no lo son porque entrenan más que los demás o porque tienen más suerte. Lo son porque suelen ganar los puntos más importantes, los puntos de inflexión del partido podríamos decir.