Actualmente nos encontramos en un mundo donde diversificar se ha convertido en una obligación más que en una opción, las materias primas han ganado peso frente a las acciones y otros vehículos de inversión y por tanto su tributación también. Cada vez son más los inversores que incluyen en sus carteras commodities (productos, materias primas) como el oro o la plata con el fin de diversificar los beneficios.
Para aquellas personas que operan habitualmente en los mercados financieros, un capítulo importante de la declaración será el relativo a los rendimientos del capital mobiliario procedentes de los mismos.
El pasado lunes 24 de mayo se publicó en el BOE el Real Decreto-ley 8/2010, de 20 de mayo, por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del déficit público, con el que el Gobierno espera ahorrar 15.000 millones de euros en dos años, añadidos a los previstos por recortes aprobados anteriormente como la subida del IVA, cuya entrada en vigor tendrá lugar el próximo 1 de julio de 2010, que pasará del 16% al 18% con carácter general, y del 7% al 8% del tipo reducido, o la práctica supresión, salvo para las rentas más bajas, de la deducción de 400 euros por rendimientos del trabajo o de actividades económicas en el IRPF, que se había incorporado el año 2008.