En los meses de verano, la atención del mercado se desplazó de la inflación al crecimiento económico. La inflación se sitúa en el 2,5% interanual en Estados Unidos y en el 2,2% en la zona euro. Ahora el foco de atención se centra en el declive del mercado laboral estadounidense, que ha llevado a la Reserva Federal a recortar los tipos 50 puntos básicos en su reunión de septiembre, con lo que se espera que en el futuro sigan bajando los tipos de interés.
La atención de los mercados sigue centrada en la combinación crecimiento e inflación, de la que se desprenden señales positivas a escala mundial. Este contexto conlleva unas previsiones positivas para todas las clases de activos: renta variable, renta fija y deuda.
2021 fue el año en el que Pekín decidió cambiar el enfoque de su política, pasando de la recuperación económica a las reformas estructurales. 2022 es un año políticamente significativo. Probablemente se caracterizará por la pasividad de las políticas financieras y reguladoras y por un enfoque en la estabilidad general. Esto debería ser positivo para los bonos en RMB (rendimientos más bajos), entre neutral y positivo para la renta variable, y positivo para el RMB chino