El tiempo ha avanzado y la situación ha cambiado. Las entidades financieras de Estados Unidos han dejado tras de sí una de cal y una de arena en cuanto a sus cuentas se refiere. No ha habido un éxito conjunto. Más bien cada caso particular ha tenido un resultado concreto: Por debajo de las estimaciones, en línea, o por encima de los pronósticos.
El sector adolece de cansancio ya, después de que la Reserva Federal comenzara a realizar su programa de estímulos. Ahora, cuando nos encontramos ante el fin del QE en Estados Unidos, empieza a notarse las consecuencias en el sector financiero. Ya no van todos a una. No comparten el mismo pódium. Todo ha cambiado.
Para observar estas diferencias tan solo hay que mirar cómo han ido los balances en este trimestre de las entidades bancarias. Por su parte,Wells Fargo informó que subieron un 1,7%, después de que su negocio de préstamos sufriera el primer aumento desde finales de 2012.
En general, su beneficio neto 5.410 millones de dólares, o 1,02 dólares por acción, en el trimestre. Justo en línea con lo que esperaba el consenso de mercado. Hace un año, obtuvo 5.320 millones de dólares, o 99 centavos por acción. Y, después de eso, así luce en su aspecto técnico para los indicadores Premium de Estrategias de Inversión.
Esta asincronía de la industria se refleja perfectamente con las cuentas de JP Morgan. La firma estadounidense registró ganancias por debajo de lo pronosticado por los expertos, debido a los gastos legales inesperados de 10000 millones dólares.
La mayor parte de los costes provino de dejar de lado el dinero para resolver investigaciones gubernamentales en torno a la presunta manipulación de los tipos de cambio de las divisas, según aseguró el presidente financiero, Marianne Lake.
Así pues, sus ganancias fueron de 5.600 millones dólares, o 1,36 dólares por acción, frente a una pérdida de 380 millones de dólares en el mismo periodo del anterior ejercicio. Los analistas esperaban un beneficio de 1,38 dólares por acción.
Pero si había una por debajo de las previsiones y otra por encima para escenificación de estos resultados arrítmicos faltaba una que sorprendiera. Ése, entre otros, fue el caso de Citigroup cuyas ganancias fueron mejores de lo esperadas, tras reducir costes en sus negocios internacionales.
El banco está mostrando algunas señales de progreso en la racionalización de sí mismo. Su beneficio neto fue de 3,670 millones de dólares, o 1,15 dólares por acción, desde los 3.260 millones de dólares, o 1,02 dólares por acción, del 2013. Los analistas esperaban ganancias de 1,12 dólares por acción.
Un mundo aparte es lo de Bank of America. La multa más cara de la historia de más de 16.000 millones de dólares le ha provocado que sus cuentas se hayan saldado con pérdidas. Desde 2010, el segundo mayor banco de Estados Unidos se ha comprometido a pagar por lo menos 70.000 millones para resolver las controversias vinculadas a los préstamos hipotecarios.
Así, presentó una pérdida neta atribuible a los accionistas de 70 millones de dólares, o 1 centavo por acción, en comparación con la ganancia de 2.220 millones de dólares, o 20 centavos por acción, del mismo trimestre del ejercicio anterior.
Por otro lado,Goldman Sachs es otra de las entidades financieras que se subió al carro ganador en este periodo. Obtuvo un alza del 50% en sus ganancias trimestrales debido a la recogida de beneficio del mes pasado en la actividad del mercado de bonos, que ayudaron a impulsar sus ingresos de trading.
De esta manera, el beneficio neto se elevó a 2.140 millones de dólares, o 4,57 dólares por acción, desde los 1.430 millones de dólares, o 2,88 dólares por acción, del año anterior. Los analistas en promedio esperaban ganancias de 3,21 dólares por título.
En último lugar, Morgan Stanley también sorprendió tras acudir a su cita con los inversores. Presentó un aumento del 87% en sus beneficios. Las ganancias netas subieron hasta 1.650 millones de dólares, o 84 centavos por acción, mientras que el consenso esperaba 54 centavos por acción.