Las acciones de Repsol bajan un 0,72% a primera hora de la mañana hasta marcar 13,03 euros en un IBEX 35 que a la misma hora baja un 0,21%. El valor vuelve al rojo tras haber acumulado tres días en positivo. La petrolera está teniendo un 2023 muy complicado, con una caída acumulada de un 9,80% que ha dejado su capitalización bursátil al filo de perder los 19.000 millones de euros.
Hoy los inversores reciben una de cal y otra de arena por parte de los analistas. En la parte positiva, los expertos de Deutsche Bank han elevado el precio objetivo de sus acciones hasta los 17,70 euros, una mejora de un 12,7% respecto a los 15,70 euros anteriores. Supone además un potencial alcista de casi un 35% respecto al cierre de ayer (13,12 euros).
Menos optimistas son los analistas de Berenberg, que hoy recortan el precio objetivo de Repsol hasta los 15 euros, desde los 16,50 euros anteriores. No obstante, a pesar de este hachazo, la valoración supone todavía un potencial alcista de un 14,3%.
Según datos recopilados por Reuters, de media los analistas dan a Repsol una recomendación de ‘comprar’ y un precio objetivo de 17,57 euros, más de un 34% por encima de la cotización actual.
Hoy Repsol es noticia además tras conocerse que ha vuelto a aliarse con Sinopec para invertir en el negocio de gas en Brasil, tras poner fin al arbitraje por Talismann. La alianza conjunta en el país, Repsol Sinopec Brasil (35%), han alcanzado un acuerdo para invertir 8.170 millones de euros en el desarrollo del megayacimiento Campo 33 de Brasil con Equinor (35% y Petrobras (30%). El proyecto implica la entrada en el mercado nacional de gas de Brasil. Las compañías estiman que el yacimiento entre en funcionamiento en 2028.
El yacimiento BM-C-33 fue descubierto en 2010, y se estima que contiene unas reservas recuperables de gas natural y condensado superior a los 1.000 millones boe. El proyecto contará con una capacidad de flujo anual de 16 millones de metros cúbicos diario. Este proyecto se construirá empleando la tecnología FPSO permitiendo procesar para su posterior venta. La instalación estará conectada a un gasoducto offshore con 200 km de distancia entre FPSO y Cabiúnas.