Estas declaraciones han sido formuladas durante una entrevista concedida a Fox News. Durante mucho tiempo, Trump ha acusado a China de desarrollar prácticas comerciales desleales y del robo de propiedad intelectual. Unas acusaciones muy serias y que irían en la línea de sus actuaciones durante su etapa como presidente, cuando impuso aranceles a productos chinos por valor de cientos de miles de millones de dólares.
Así fue como en 2018 comenzó a imponer impuestos destinados a frenar las importaciones, desde productos del mar hasta productos químicos. El Gobierno de Pekín no tardó en responder y estableció nuevos aranceles a las importaciones estadounidenses, entre ellas, la soja, el trigo y las aves de corras.
Pese a sus diferencias con el candidato demócrata y actual presidente, Joe Biden, ambos han decidido mantener en gran pedida los aranceles, lo que ha supuesto una importante elevación de los precios y han descendido el nivel de competitividad del país.
En este sentido, Janet Yellen, secretaria del Tesoro, aseguró que el plan de Trump de aumentar los aranceles provocaría un aumento de los costos de una amplia variedad de bienes para las empresas y consumidores estadounidenses.
Pese a que EEUU ha sido durante más de dos décadas el mayor mercado de exportación de China, ahora se han frenado los vínculos económicos, especialmente tras la recomendación de la Cámara de imponer aranceles más altos a las importaciones procedentes de China y restricciones a las inversiones procedentes del país asiático.
Recordar que ya en enero de 2023, la Cámara Baja de EEUU aprobó un proyecto de ley para prohibir la venta de petróleo de la reserva estratégica estadounidense a China, una norma impulsada por el Partido Republicano y que recibió parte del apoyo demócrata.
Nuevas restricciones arancelarias a China
Tanto Bruselas como Washington se encuentran en plenas negociaciones para establecer una zona de tarifas conjunta, la cual conseguirá imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio procedentes de economías fuera de su mercado, tal y como es el caso de China.
De este modo, China viene sufriendo una reducción del 25% del acero y de un 10% del aluminio. De consumarse el proyecto, se crearía un club de economías afines que impondrían impuestos adicionales a las importaciones económicas, las cuales inyectan subsidios en sectores clave como el acero y la tecnología limpia.
Mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pretende acercar posturas con Washington, Josep Borrell, alto representante de la UE en materia de Política Exterior, intenta evitar una guerra comercial. El objetivo no es otro que fijar un Acuerdo Global sobre Acero y Aluminio Sostenibles. De este modo, se reducirían los subsidios a la producción de metales, los cuales perjudican a los productores de Europa y EEUU. Te interesa: Perspectivas globales del sector del acero ¿qué dice China?
En agosto de 2023, la Organización Mundial del Comercio (OMC) consideró que los aranceles impuestos, de carácter adicional, por parte de China a las importaciones de EEUU como respuesta a los previos sobre el aluminio y el acero eran incompatibles con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) de 1994. China calificó la actuación como medida de unilateralismo y proteccionismo de EEUU.
Otra medida importante es el anuncio de la Comisión Europea para investigar los subsidios a los coches eléctricos chinos, evitando así un monopolio en su mercado. Hay que tener en cuenta que las exportaciones chinas de vehículos han crecido en los últimos años como consecuencia del exceso de capacidad y de la ralentización de la demanda interna en el mercado automovilístico, esperando un aumento del 25% hasta los 5,3 millones de unidades, según datos del China Merchants Bank International.
El objetivo, por parte de un grupo bipartidista de parlamentarios estadounidenses, es que aumenten los aranceles sobre los vehículos fabricados en China y que se investiguen las formas de impedir que las empresas chinas exporten a EEUU desde México.
Recordar que actualmente existe un gravamen del 25%, introducido por Trump y ampliado por Biden, para los automóviles procedentes de china. Los aranceles de la época republicana eran de 300.000 millones de dólares sobre productos chinos, aunque ahora Biden está considerando reducir los aranceles sobre algunos productos de consumo que no se consideran importantes. No obstante, no se descartan aumentos en productos de energía limpia.
Ante todo esto, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China asegura que tomará las medidas necesarias para salvaguardar sus intereses legítimos, aunque, por el momento, la Oficina del Representante de Comercio de EEUU y el Consejo de Seguridad Nacional no se han manifestado al respecto.