En los últimos meses, Stellantis y el Gobierno italiano han mantenido una guerra de declaraciones sobre la caída de la producción del fabricante de automóviles en el país. Roma le ha criticado por trasladar la producción de algunos modelos de sus marcas históricas Fiat y Alfa Romeo a países con costes más bajos. Tavares aseguró que la empresa había dado garantías a los sindicatos sobre sus planes de producción hasta principios de la próxima década, e incluso más allá en algunos casos. Sin embargo, criticó los elevados costes de la energía en Italia.
«Está bastante claro que no hay ningún problema de actividad en Italia», dijo, tras reunirse con los sindicatos en la planta de Stellantis Melfi, en el sur de Italia. «En Italia habrá un 100% de capacidad para todas las plantas en 2030», dijo Tavares, añadiendo que eso se basaba en un modelo de semana laboral de 15 turnos de ocho horas.
Stellantis emplea a unas 43.000 personas en Italia, pero el número podría reducirse durante este año tras los acuerdos alcanzados en marzo con los sindicatos sobre despidos voluntarios.
La semana pasada, el grupo dijo que añadiría la producción de versiones híbridas de su coche pequeño Fiat 500 y de su todoterreno Jeep Compass como parte de un plan más amplio de nuevos modelos que se fabricarán en Italia, en medio de una ralentización general de las ventas de coches eléctricos. Stellantis -el único gran fabricante de automóviles de Italia- y el Gobierno de Roma están en conversaciones sobre un plan destinado a restablecer la producción del grupo en el país hasta un millón de vehículos a finales de esta década, frente a los alrededor de 750.000 del año pasado.
Tavares afirmó que el grupo y el Gobierno comparten la «ambición común» de producir un millón de coches en Italia, pero añadió que se necesita «un millón de clientes» para alcanzar el objetivo.
En su opinión, el principal problema para la producción en Italia es el coste de la energía, que «no es competitivo en absoluto». «Es más del doble de lo que debería ser en comparación con otros países», añadió.
ACC, una empresa conjunta de baterías respaldada por Stellantis y Mercedes, dijo el martes que había pausado el trabajo en las fábricas de Alemania e Italia, ya que la compañía cambia a baterías de menor coste en medio de la desaceleración de la demanda de vehículos eléctricos.