¡Sorpresa!: Los 800.000 millones que reclamaba Draghi van a ser para bombas

El enunciado suena bien, aunque, profundizando, llegábamos a los lugares comunes: Eurobonos, mutualización… es decir, más deuda. Todo se paga con la maquinita de fabricar dinero, la fórmula secreta de los políticos. No sé si Draghi lo decía convencido o era un inevitable guiño a la casta política, incapaz de apostar por el crecimiento, la producción de bienes y servicios y la definición de un modelo energético autosuficiente, barato y moderno (lo cual quiere decir limpio), que nos garantice competitividad.

Pues bien, ahora llega Ursula Von der Leyen y, justo después de que Trump le diga a voz en grito a Zelenski que hay que buscar la paz, nos espeta que Europa necesita exactamente los mismos 800.000 millones de euros (curiosa coincidencia), pero esta vez para “rearmarse”. Con una sonrisa maternal, la misma que emplearía para decirnos que hay que dar un giro renovable, inclusivo o digital a la sociedad europea.

Y, a continuación, ha irrumpido Alemania, con un Friederich Merz lanzado, parafraseando al mismísimo Draghi, diciendo que hará "lo que sea necesario" para relanzar su economía, que lleva renqueando dos (o más) años. 500.000 millones más, para lo mismo. 

Hay que gastar en Defensa, porque el mundo se ha vuelto de repente un lugar peligroso y hay que estar preparados. Para el ciudadano de a pie, resulta irritante que en cuestión de meses, hayamos pasado, poco más o menos, de la pandemia a la guerra mundial.

La cifra mágica de los 800.000 millones pasa de ser la inversión necesaria para digitalización, innovación y transición ecológica al presupuesto para comprar tanques, aviones y misiles, todo ello, con un enorme respaldo tecnológico. Parece que la competitividad económica ya no es tan urgente.

Da la impresión de que ya se han agotado las alarmas por el cambio climático y como también los asuntos pandémicos y las vacunas son algo que empieza a oler a rancio, toca recordar los retrasos en los pagos a la OTAN y las inversiones del 2% del PIB en Defensa comprometidas.

¿De dónde va a salir todo este dinero? Fácil: más deuda. Europa, que ya tiene una mochila bien cargada de déficits y bonos, va a pedir otro ¿rescate?, esta vez para las industrias de Defensa, que seguro que están encantadas con el plan. Sólo hay que echar un ojo a la Bolsa. Sin profundizar demasiado: la fabricante alemana de carros de combate Panzer, Rheinmetall, sube un 130% a 6 meses, hasta un valor de mercado de 50.000 millones de euros. La italiana Leonardo (que desarrolla un amplio catálogo, desde radares hasta cañones, pasando por el avion Eurofighter), otro 124%. La española Indra, sólo un 50%, porque desarrolla tecnología y no bombas. Aunque su nuevo presidente, Ángel Escribano, pertenece a la empresa madrileña Escribano que es accionista de la propia Indra, que fabrica, entre otras cosas, torretas de ametralladoras por control remoto.

En resumen: los 800.000 millones de Draghi han mutado en los 800.000 millones de Von der Leyen, pero con un destino muy diferente. Y los de siempre, los que mueven los hilos y se llevan los contratos, vuelven a ser los beneficiados.

Mientras tanto, los ciudadanos continuarán aguardando esa Europa competitiva que nos prometieron. La clase media deberá seguir esperando alguna buena noticia en materia de bajada de impuestos, incentivos a la inversión, impulso al capital... Que sigan pegados al transistor.

España tiene una carencia terrible de generación de capital. Las empresas están asfixiadas por la regulación y atacadas por el Ejecutivo sólo por el hecho de ganar dinero. Al ahorrador también se le persigue.

Pero ahora hay que rearmar a Europa. Preparen los bolsillos, porque sólo hay un pagador de todo esto: el contribuyente. Y las subidas de las rentabilidades de la deuda no tienen nada que ver con esto, seguramente.