Quedan menos de tres semanas para echar el cierre a 2023. Y ahora sí, los inversores no tienen otra que revisar carteras y pensar en los activos que tienen y quieren comprar, mantener o deshacer de cara al próximo ejercicio.

La primer pregunta a la hora de ajustar carteras es ¿renta fija o renta variable? Santander Private Banking lo tiene claro y su posicionamiento estratégico para 2024 pasa por sobreponderar la renta fija e infraponderar la renta variable, siempre de una forma no agresiva. La oportunidad está en los mercados de renta fija, en los mercados de bonos, que son mercados grandísimos y muy amplios, por duraciones, emisores y tipologías de renta fija. Es un mercado claramente para sobreponderar y es una oportunidad que no va a durar siempre. Para Santander Private Banking la curva irá reflejando menores rentabilidades en los próximos trimestres, y la oportunidad está ahora. 

Por otro lado, Consuelo Blanco, especialista de Fondos de Ei, explica que en un entorno de mercado volátil, con varios retos por delante como es el control de la inflación y la desaceleración económica, es aconsejable posicionarse en aquellos activos con enfoque de beta cero o neutrales al mercado, con la capacidad para producir una rentabilidad asimétrica imperando todavía. Y aquí los fondos de Rentabilidad Absoluta son los todoterreno de la descorrelación. Son estrategias en las que se debería intentar participar en periodos en los que los mercados de activos de riesgo estén subiendo, y la vez limitar la bajada cuando se inviertan los mercados. Una combinación de volatilidad reducida y de protección del capital puede ofrecer una rentabilidad convincente a un plazo más largo.

Asimismo, tampoco hay que olvidar la gran oportunidad que ofrecen los ETFs a la hora de invertir en las principales megatendencias, como han sido este años los de tecnología, mercados emergentes, uranio o renta variable japonesa.

Y es que Japón es actualmente es la segunda mayor economía desarrollada del mundo y la tercera en su conjunto. Desde el FMI se estima que la economía japonesa crecerá un 1,4% al cierre de 2023, una cifra relevante y positiva si se tiene en cuenta que la población se ha ido reduciendo considerablemente durante los últimos 14 años. De igual modo, las estimaciones de crecimiento del PIB para este año han subido a un 2,7%. Además, se espera que el Nikkei 225 mantenga en 2024 los elevados niveles cosechados durante el presente año, pues no había alcanzado una cuota tan alta desde principios de la década de 1990. Por aquel entonces, la economía de Japón aún experimentaba su particular milagro. Durante al año, se ha apreciado una subida de casi el 30% gracias, en gran medida, a la apuesta de los inversionistas internacionales por las acciones de las empresas japonesas.

Para otros expertos la clave de la renta variable de cara a 2024 estará en Europa, a pesar de que ha vuelto a quedarse rezagada con respecto a la estadounidense. Álvaro Antón Luna, Country Head de abrdn para Iberia, cuenta que las empresas europeas tienen que cumplir las previsiones de beneficios y de rentabilidad. Esta será una de las claves para atraer a los inversores y afianzar unos múltiplos de beneficio relativo muy baratos. La renta variable europea está más orientada al crecimiento mundial y es más diversa geográficamente en términos de generación de ingresos que el mercado estadounidense. También es un mercado más diverso desde el punto de vista sectorial que el de EEUU, que no depende simplemente de la tecnología. La concentración en un área concreta ha sido de gran ayuda para EE.UU., pero somos partidarios de la diversidad que aporta Europa. Lo vemos como un mercado de selección de valores en el que la clave está en elegir las empresas adecuadas con capacidad para ofrecer excelentes rendimientos a largo plazo. 

Por sectores, abrdn ve oportunidades a largo plazo en todo el mercado, pero especialmente en la industria, tecnología, sanidad, lujo, especialidades químicas y bienes de consumo básico. Para Victor Asensi, subdirector en España y Latam de DPAM, una gran oportunidad está en el inmobiliario cotizado europeo, muy rezagado en los últimos dos años, pero ahora con el final de las subidas de tipos de interés y con un NAV (net asset value) que está cotizando con un descuento histórico de cerca del 30% y creemos que hay una oportunidad ahí para el año que viene, tan pronto como los tipos empiezan a estabilizar. 

Por último, y más allá de la renta fija y la renta variable, la joya de las inversiones por la que apostar en tiempos inciertos es el oro. En un mundo de volatilidad financiera y constantes cambios económicos, el oro emerge como un refugio atemporal y sólido para los inversores. Con una historia de poder adquisitivo inigualable, resistencia a la inflación y un atractivo como diversificación, este metal precioso sigue siendo una opción atractiva.

En cualquier caso, todos aquellos inversores minoristas que quieran ahondar en sus conocimientos y aprende a invertir en bolsa y gestionar su patrimonio puede hacerlo de una manera fácil pero especializada de la mano de los mejores expertos. Con una dedicación de 15 minutos al día que puedes emplear en cualquier momento y desde cualquier dispositivo, conseguirás una formación equivalente a la de cualquier curso superior o máster en finanzas.