Las tendencias demográficas actuales no dejan ninguna duda: el mundo está envejeciendo. Se prevé que la población mundial aumente aproximadamente un 20% hasta 2050, y para entonces “las personas mayores representarán una parte desproporcionada del crecimiento general”, según un análisis de Goldman Sachs Research. Se espera que el número de personas mayores de 65 años se duplique, pasando de 800 millones a 1.600 millones en ese periodo.
España no es una excepción. De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población entre 20 y 64 años, que actualmente supone el 60,9% del total, pasará a representar el 53,7% en 2051. Al mismo tiempo, el porcentaje de población de 65 años y más, que actualmente se sitúa en el 20,4% del total, alcanzará un máximo del 30,5% en torno a 2055.
Es reseñable además constatar que estas tendencias demográficas mundiales se encuentran en un punto de inflexión. El número de personas menores de 19 años ya ha alcanzado su máximo, lo que evidencia que la población mundial total se dirige hacia un pico. Asimismo, la mitad de los países del mundo tienen una tasa de fertilidad inferior al nivel de reemplazo (2,1 nacimientos por mujer). En España, por ejemplo, la tasa de fertilidad es de 1,12, la más baja de toda la Unión Europea, de acuerdo con los cálculos de Eurostat.

Estos cambios supondrán un gran reto para los Gobiernos, ya que la disminución de la población en edad laboral agrava el riesgo de escasez de mano de obra y genera posibles presiones fiscales. Los inversores también deben estar atentos, ya que los sectores de la economía con mayor crecimiento están a punto de cambiar. Es probable que aumente la demanda de atención médica, residencias y cuidados para personas mayores, así como ciertos tipos de entretenimiento y experiencias, según escribe Evan Tylenda, analista de Goldman Sachs Research.
“Los proveedores de atención médica se beneficiarán de los cambios en el gasto asociados con el envejecimiento de la población”, explica Tylenda. “Prevemos un aumento continuo del gasto en centros de atención geriátrica, residencias de cuidados a largo plazo, atención domiciliaria y servicios de rehabilitación, especialmente a medida que la esperanza de vida continúa aumentando”. Otro ámbito donde el gasto podría aumentar es el de los tipos de entretenimiento y experiencias que prefieren las personas mayores.
Sectores beneficiados
En ese sentido Goldman Sachs destaca el sector de la salud como uno de los más claros beneficiarios de las tendencias demográficas y los cambios relacionados con el gasto. A medida que la población de personas mayores aumente en las próximas décadas, “se requerirán aumentos en el gasto personal y público en atención médica para tratar los problemas de salud comunes de una población que envejece”, destaca Tylenda. Esto podría impulsar a las empresas de tecnología médica, a las farmacéuticas con tratamientos relacionados con la edad y a los proveedores de atención médica especializados en problemas relacionados con la edad.
Solo en EEUU, las personas mayores de 65 años representan actualmente el 36% del gasto en salud, a pesar de representar solo el 18% de la población, según la Encuesta del Panel de Gastos Médicos (MEPS por sus siglas en inglés). Entre las personas mayores, el gasto per cápita en atención médica personal se dispara debido a enfermedades cardiovasculares, trastornos neurológicos, diabetes y una variedad de otras afecciones, en comparación con las personas más jóvenes.
Dado que las personas mayores gastan más en atención médica, el sector de la salud se beneficiará a medida que la población envejece, coincide el estratega de JPMorgan Alexander Wise. “Encontramos una clara relación positiva entre el envejecimiento y la rentabilidad excedente del sector, impulsada en su totalidad por un crecimiento más rápido de las ganancias”.
Según un análisis de mercado realizado por Wise, un aumento de 1 punto porcentual en la proporción de personas mayores en la población durante un período de 10 años se asocia con un aumento de 0,85 puntos porcentuales en la rentabilidad anual media del sector de la atención médica, en relación con el mercado general.
Otro ámbito que puede beneficiarse de las actuales tendencias es el sector inmobiliario en todo aquello que se refiere a las viviendas para personas mayores. El impulso demográfico también podría “incrementar la demanda de operadores de centros de atención de enfermería, centros residenciales de cuidados a largo plazo y proveedores de servicios de rehabilitación”, señala Goldman. El gasto en atención de enfermería en EEUU ha ido en aumento desde 1960, pero hoy en día aún no hay suficientes instalaciones para acomodar a la población anciana. En la misma línea, se estima que Reino Unido tendrá un déficit de viviendas para personas mayores de más de 30.000 unidades en tres años. Italia, Alemania y Francia carecen de suficientes camas en centros de atención para sus poblaciones mayores.
“El envejecimiento de la población impacta a todos los sectores inmobiliarios”, señalan los analistas de Morgan Stanley en un informe. “A medida que las personas envejecen, abandonan la fuerza laboral, lo que podría reducir la demanda de oficinas”, explican. Al mismo tiempo, “gastan más en atención médica y viajes y menos en bienes de consumo, lo que podría afectar la demanda hotelera y minorista”. Pero es que incluso “cambian sus preferencias de vivienda, pasando de apartamentos a viviendas unifamiliares y residencias para personas mayores con diferentes niveles de agudeza”. “Si bien es un fenómeno generalizado en todos los sectores, creemos que el alquiler de viviendas unifamiliares y las viviendas para personas mayores serán los principales beneficiarios”, señalan los expertos de Morgan Stanley.
Al mismo tiempo, Goldman Sachs destaca que la mayoría de las personas mayores envejecen en casa, ya sea solas, con su cónyuge o en un entorno de convivencia con familiares. Por ello, “es probable que el mercado de servicios de atención domiciliaria crezca”. También debería aumentar la demanda de tecnologías que faciliten la atención domiciliaria, como la gestión de medicamentos, los servicios de telesalud y la higiene.
Otro sector que se verá transformado es el del entretenimiento, ya que las personas mayores invierten su tiempo y su patrimonio de forma diferente a las personas más jóvenes. Por ejemplo, las personas mayores de 60 años representan un tercio de todas las reservas de cruceros, y el 47% de los usuarios de vehículos recreativos tienen más de 55 años, lo que “crea una oportunidad potencial para los proveedores de estos servicios y productos”, señala el equipo dirigido por Tylenda. “El beneficio potencial para los fabricantes de motocicletas podría ser otra área de interés para los inversores. En Reino Unido, por ejemplo, casi dos tercios de los permisos para conducir motocicletas pertenecen a personas mayores de 55 años”.
Sin duda, la evolución de estas tendencias dependerá en parte de cómo responda la sociedad a los desafíos que se vayan presentando. Goldman Sachs cree que los gobiernos y las empresas podrían reaccionar, entre otras cosas, buscando aumentar la participación femenina en la fuerza laboral, promoviendo la educación y el desarrollo de habilidades para las personas en edad laboral y aumentando la inmigración. La automatización, los robots y la inteligencia artificial también podrían representar una oportunidad para suplir la escasez de mano de obra.
Malas noticias para la Bolsa en general
Pero el proceso de envejecimiento de la población es una mala noticia en general para los mercados bursátiles. O al menos así lo piensa Alexander Wise. “En general, observamos que el envejecimiento tiene una relación negativa con la rentabilidad, el crecimiento de las ganancias y las valoraciones”, escribe el estratega de JPMorgan.
De acuerdo con sus cálculos, durante un período de 10 años, un aumento de 1 punto porcentual en la proporción de personas mayores de la población se asocia con una disminución de 0,92 puntos porcentuales en la rentabilidad anual media del mercado (en una muestra no ponderada). Este efecto se explica tanto por un menor crecimiento de las ganancias como por la reducción de las valoraciones.
El envejecimiento de la población afecta el crecimiento de las ganancias de diversas maneras, incluyendo el ya mencionado menor crecimiento de la fuerza laboral, lo que reduce el crecimiento económico. Según el análisis realizado por Wise, por cada aumento de 1 punto porcentual en la proporción de personas mayores de la población, el crecimiento por trabajador disminuye 0,58 puntos porcentuales. A eso se sumarían además los efectos de una posible reducción de la innovación y de la productividad.
Por el lado de las valoraciones de las acciones, el analista de JP Morgan destaca que el envejecimiento de la población se traduce en una reducción del ahorro nacional, ya que las personas mayores retiran dividendos de sus ahorros para la jubilación y venden sus inversiones. Al mismo tiempo, aumentan las rentabilidades de los bonos (la rentabilidad y los precios de los bonos se mueven de forma inversa) en el mercado de renta fija.
Además, las personas tienden a reducir su inversión en acciones a medida que envejecen, lo que también debería presionar los precios de las acciones. “El envejecimiento de la población también puede generar menores expectativas de crecimiento de las ganancias, lo que justifica valoraciones más bajas”, concluye Wise.