Todo parte de 2023 cuando la compañía elevó su deuda neta hasta unos niveles que suponían incumplir los ratios marcados en el contrato de financiación. Esto hizo que Eulen pidiera una dispensa, que fue aceptada por los bancos, que a cambio pidieron la congelación del dividendo.
El 27 de junio de 2023, Eulen aprobó el reparto de 4,8 millones de euros como dividendo extraordinario con cargo a reservas. Y un año antes, en 2022, la junta de accionistas aprobó una retribución de 25 millones de euros, también con cargo a reservas.
Pero esto fue antes de firmar el acuerdo con El Enebro, matriz de la Bodega Vega Sicilia. Según se desprenden de las cuentas publicadas por Eulen en el Registro Mercantil, y tal y como recoge Reuters, la compañía que controla María José Álvarez elevó su deuda por la compra de acciones que estaban en manos de El Enebro (en un intercambio de acciones de Eulen y El Enebro para llegar a un acuerdo con sus cinco hermanos) . En concreto, Álvarez acordó la compra de 137.171 títulos, representativas de algo más del 27% del capital social, por importe de 89,4 millones de euros. Eulen abonó en el momento de la firma del acuerdo, el 5 de octubre del año pasado, una cifra de 17,8 millones, mientras que dividió en plazos una cantidad de 39 millones, que se eleva a 43,2 al aplicar un tipo de interés del 4,25%. Una cantidad que se comprometió a abonar en cuatro pagos durante los cuatro años siguientes, siendo el último el 5 de octubre de 2027. Como garantía, Eulen entregó 16 avales bancarios a El Enebro.
La cantidad restante, 32,5 millones, también fue aplazada, adoptando la forma de un derecho de crédito de El Enebro frente a Eulen por esa cantidad. Un derecho que fue cedido a Majal Gestión, la sociedad con la que María José Álvarez controla la mayoría accionarial de Eulen, como parte del pago del precio de las acciones que esta tenía en la dueña de Vega Sicilia. Por tanto, esos 32,5 millones acabaron siendo una deuda de Eulen a su propietaria, con un cuadro de amortizaciones similar al otro: cuatro pagos en cuatro años, el último el 5 de octubre de 2027, y con unos intereses de 3,45 millones.
Unas operaciones que hicieron que la deuda del grupo se elevara en algo más de 79 millones y que llevó a la deuda sobre el EBITDA a las 3,5 veces, que es el límite que marca el crédito sindicado. Como parte del proceso de autorización, las entidades financiadores fijaron en sus condiciones que Eulen no podría repartir de dividendos ni en efectivo ni en especia hasta que los pagos aplazados en el contrato de compraventa de acciones entre las Sociedad y El Enebro hayan sido pagados y amortizados y se hayan cancelado los avales correspondientes.