Ni el clásico oro, ni el más reciente Bitcoin y ni siquiera las materias primas; el refugio está en el dólar. La moneda estadounidense está imparable y todavía le queda recorrido. Esta semana, el dato de IPC de EEUU devolvía al dólar a los máximos de hace 20 años y, según Goldman Sachs, el dólar seguirá subiendo por los problemas en el resto del mundo.
La Reserva Federal se reúne la próxima semana, en un encuentro de dos días, que comenzará el martes. Será el miércoles cuando se conozca la decisión de tipos de interés y, aunque el mercado da por hecho que el alza será de 75 puntos, hay voces que ya hablan de un incremento de hasta 100 puntos básicos, lo que impulsaría de nuevo al dólar.
Pero el billete verde no solo se ve lanzado por lo que pasa en Estados Unidos, sino también por lo que pasa fuera: aumentos de déficits en Europa y en Reino Unido, problemas con las exportaciones asiáticas, inflación alcista y malos datos macroeconómicos en general están haciendo que empiece a haber escasez de dólares. La probabilidad de recesión está ya por encima del 50%, como vemos en el siguiente gráfico:
En este escenario, el dólar es el escalador de tendencias que está más en forma actualmente.
Es por eso que las principales casas financieras y también los inversores siguen apostando por el billete verde. La posición larga en el dólar estadounidense fue nombrada como la "operación más concurrida" en la Encuesta de Bank of America de septiembre, con un 56% de diferencia.
La posición larga en petróleo o materias primas quedó en segundo lugar con un 10%. De hecho, los contrarios señalaron que el comercio largo en dólares fue la posición más extendida en la encuesta desde las posiciones largas en acciones tecnológicas de EEUU en noviembre de 2020.
El oro, que habitualmente funciona como activo refugio, en esta ocasión está mostrando signos de debilidad. Tanto los futuros del oro como el oro al contado se sitúan este jueves por debajo de la cota de 1.700 dólares. "Sin embargo, el nivel clave son los 1.680 dólares y una ruptura significativa de este nivel podría ser dolorosa, ya que ha sido un suelo durante los últimos dos años. Podríamos ver algún soporte en torno a los 1.660 dólares, pero en ese momento, el daño ya estará hecho", apunta Craig Erlam, analista de OANDA.
Mientras, el deterioro de la economía mundial y las perspectivas de una Fed más agresiva seguirán impulsando al billete verde.