Pero este fenómeno se corregirá cuando el conflicto amaine y la política monetaria haga la mella necesaria, precisa Cadenas-Santiago, para quien, “si fuese un problema estructural, estaríamos hablando de una pérdida de credibilidad de la política monetaria que no consigue evitar efectos de segunda ronda o un efecto monetario derivado del señoriaje implícito que se lleva haciendo desde hace 14 años”. Pero creo que no es el caso, porque unas instituciones fuertes con políticas monetarias certeras e independientes lo impedirán.
Según sus predicciones, “habrá una inflación mayor en los próximos años de forma permanente, pero no del 10% sino del 2,5%-3,5% que contrastan con las tasas inflacionistas por debajo del 2% de los últimos quince años en las potencias industrializas”.
En opinión del director ejecutivo de Mapfre Economics, “las presiones de precios se reducirán cuando el conflicto bélico y las tensiones geopolíticas se vayan liberando, las cadenas de valor se estabilicen y surtan efecto las políticas monetarias de corte evidentemente restrictivo que se han impuesto en EEUU y la zona del euro”. Cadenas sitúa ese instante, “según nuestro escenario base en la transición entre el primer y el segundo trimestre de 2023”.
Sobre España, el economista de Mapfre destaca como prioridad la firma de un pacto de rentas en el corto plazo y una revisión estratégica de las fuentes energéticas, industriales y relaciones comerciales en el largo plazo: “Llevamos la mitad de esta lista hecha, falta el pacto de rentas”, precisa.
Cadenas también repasa su visión sobre la dicotomía entre control de la inflación con un dólar fuerte y receso económico que asolan a los bancos centrales al precisar que “no se puede poner a la actividad en alza y los precios a la baja con la misma política económica; en este caso, la monetaria”. Por tanto, “hay que combinar políticas de demanda y de oferta con revisiones de índole estructural del funcionamiento de muchos mercados, como el de trabajo o el sector de la energía, entre otros. Y considera que la estrategia restrictiva de las autoridades monetarias, después de tres años de tipos próximos a cero, va a acabar perjudicando a la creación de empleo tras enfriar la economía: “Al menos, eso dice la curva de Philips”, matiza. Antes de constatar que no juzga ahora pertinente sacar del limbo el Pacto de Estabilidad porque sería “procíclico” iniciar procesos de ajuste hasta alcanzar la consolidación fiscal en el 3% del PIB.