“Ha habido mucha presión por parte del Gobierno francés al BCE por el riesgo que supone la fortaleza del euro. No nos podemos olvidar que el tipo de cambio del euro no forma parte del mandato del BCE, pero fruto de las presiones de gobiernos y el riesgo de deflación que supone un euro fuerte, la entidad sí ha señalado que vigila el tipo de cambio. Si lo vemos así, a Europa le interesa una mejora en la competitividad exterior. Además, no nos podemos olvidar de los riesgos crecientes por el enfrentamiento de Rusia y Ucrania, que podrían conllevar que el PIB de Alemania pueda ser 0% este trimestre, lo que sería una piedra en el camino para la recuperación de toda la eurozona”.

Además, “con la caída de una décima del dato adelantado de inflación, así como las preocupaciones por los datos mixtos de recuperación, lo lógico es que Draghi siga apoyando a los mercados con un discurso que reafirme que están preparados para actuar, pero a partir de septiembre u octubre. No creo que mañana dé más pistas de qué vaya a hacer”.


Declaraciones a Radio Intereconomía