El informe de IFS recoge datos de 31 gestoras, las dos últimas con menos de 100.000 euros. Banco Santander y BBVA cuentan con 77 y 68 millones respectivamente y a continuación, la propia gestora de Credit Suisse en España respaldaba a su matriz, con 35 millones.
Las demás posiciones son muy pequeñas, inferiores a los 10 millones de euros, por lo que apenas podrían suponer quebrantos en los fondos de inversión. Quebrantos que, además, serán poco localizables, ya que el desplome de los mercados es generalizado.
Aunque Credit Suisse quiebre y estos bonos tengan que contabilizarse a cero, no parece que vayan a causar pérdidas excesivamente acusadas.
Conviene recordar que el Banco Central Europeo (BCE) hizo un llamamiento a la banca del viejo continente para que revisaran las posiciones que tenían en su capital de deuda del banco suizo.
En los próximos días se espera algún tipo de solución para la entidad suiza, entre otras cosas porque está causando graves problemas en Bolsa a las firmas de toda Europa. Asimismo, si la banca tradicional tuviera fuertes posiciones en Credit Suisse sería una falta de esmero en la gestión imperdonable, ya que el grupo llevaba muchos meses arrastrando serios problemas y el año pasado hubo intensos rumores que hablaban de bancarrota. Finalmente, cerró el ejercicio 2022 con más de 7.000 millones de euros de pérdidas.