Evergrande: ¿Cómo puede afectar la quiebra de la inmobiliaria china a los inversores del Ibex35?

El gran problema que se produciría en el mercado con la caída definitiva de un coloso como Evergrande es el denominado efecto dominó que se produce en las bolsas globales cuando China estornuda. Una debacle en toda regla del gigante inmobiliario traería consigo un peligro para la economía china que se derivaría a los mercados de todo el mundo.

De ahí que el efecto se reflejaría en especial, en los valores más ligados al gigante asiático, en especial, las siderúrgicas, muy ligadas al precio del acero, en el que China marca sin duda la tónica global. En ese caso, el efecto más significativo se produciría en ArcelorMittal y en menor medida en Acerinox

E incluso las compañías de componentes de automoción, como GestampGestamp con un gran mercado en el país asiático. Pero, sobre todo, podría actuar más por el lado de los índices, en nuestro caso del IBEX 35 ante una bajada general de las bolsas, por la situación de China.

Pero los problemas de la compañía vienen de muy lejos y es difícil saber, por un lado, si el arresto que se producía en los últimos días del fundador de la compañía y si habrá ayuda del gobierno de Pekín, elevará el conflicto de Evergrande o se seguirá subsanando como hasta ahora. 

Una lenta caída, que, si hacemos memoria, comenzaba hace justo dos años, cuando Evergrande, con una deuda de 305.000 millones de dólares, incurrió en el impago de intereses de deuda internacional. Ahí llegaba su primera suspensión bursátil, en la Bolsa de Hong Kong. Ya en diciembre el coloso inmobiliario marcaba el desplome de sus acciones, ante la posibilidad de no poder enfrentar toda su deuda y anunciar un plan de reestructuración para el valor. 

Cotización de Evergrande en la bolsa de Hong Kong

Y llegamos a marzo de 2022, cuando de nuevo se ve suspendida de cotización ante la imposibilidad que presenta la empresa de presentar sus resultados auditados antes del 31 de marzo. Luego llegaba la renuncia  en enero de este año, de la consultora PwC a auditar sus cuentas al considerar que no tenía la información suficiente en asuntos clave, respecto de los resultados de la compañía en 2021. 

En marzo del presente ejercicio ponía ya sobre la mesa, con mucho tiempo de demora, el plan para reestructurar su deuda exterior. La propuesta a los acreedores pasaba por bonos con varias opciones que pasaban por nuevos títulos de deuda hasta instrumentos vinculados al capital, para luego transformarse en acciones de sus filiales de gestión inmobiliaria o de vehículos eléctricos. 

Pero llegaba la letra pequeña, a pesar de que la compañía aseguraba que el 77% de los tenedores de deuda de clase A y el 30% de los de C habían apoyado la propuesta de reestructuración. Después llegaban las pérdidas netas de los últimos años. Hablamos de 65.109 millones de dólares y casi 14.900 en 2021 y 2022 respectivamente. 

Ya en agosto de este año, la situación se complica en Estados Unidos con la declaración de quiebra de Evergrande, para evitar el embargo de sus activos y afrontar su grave crisis financiera. Se acoge al capítulo 15 de la ley de quiebras americana que permite este proceso. 

Pero la asunción de pérdidas de Evergrande se dispara en este primer semestre del año: sobre lo ya perdido alcanzan sus números rojos, hasta junio, caídas de 4.515 millones de euros. 

Y el reflejo en bolsa es inmediato: pierde un 70% tras reactivar su cotización en la bolsa de Hong Kong, suspendida desde marzo de 2022. Se convierte en una penny stock o lo que llamaríamos un chicharro en España y todavía se mantiene en ese nivel. Entonces ya había perdido más de un 90% de su valor bursátil. Y aunque ayer recuperaba al cierre más de un 28%, con avances intradía que llegaron al 42%, su cierre en los 0,48 de valor en dólares hongkoneses, apenas 0,058 euros por acción. 

Pero lo último llega con el arresto domiciliario de Hui Ka Yan, el presidente de la compañía, que fundara la empresa en 1996, investigado por transferir activos a paraísos fiscales. Y todo días después de que Evergrande hubiera aplazado sus reuniones de reestructuración de deuda por tercera vez. Además, el 24 de septiembre anunciaba que no podía cumplir con los requisitos para la emisión de deuda, con un nuevo desplome en bolsa. 

Su próxima parada, el 30 de octubre, donde se verá en los juzgados de Hong Kong una petición para poder liquidar la compañía a la que tendrá que hacer frente el que fuera el número dos del sector en China.