Tras los últimos acontecimientos relacionados con la crisis del Coronavirus, el índice VIX se ha disparado desde el nivel de 16.63 del pasado 21 de febrero hasta el nivel de 76.78 que marcó en la jornada del 12 de marzo de 2020, jornada que será recordada en la historia bursátil española después de que el IBEX 35 cerrase con su mayor caída de la historia en 6390.90 puntos tras perder un 14.06%, después de cerrar con descensos del 7.96%, 3.21% y 0.34% en las sesiones del lunes, martes y miércoles respectivamente.
Como hemos comentado, esta semana comenzó con fuertes descensos en las bolsas a nivel mundial tras el denominado “Lunes negro” del petróleo, después de que Rusia y Arabia Saudí iniciaran una guerra de precios en el crudo después del fracaso de la reunión de la OPEP donde se planteó un nuevo recorte en la producción para intentar mantener el precio del petróleo. Un plan que fue rechazado por parte de Moscú, provocando que en la apertura de los mercados en la madrugada del domingo al lunes el petróleo perdiese hasta un 30% de su valor.
Esta tensión entre Moscú y Riad viene de meses atrás, ya que debido a la negativa por parte del gobierno de Vladimir Putin a reducir su producción, Rusia ha adelantado a Arabia Saudí en la lista de productores petróleo en número de barriles, lista que encabeza Estados Unidos. Curiosamente, esta guerra iniciada entre Moscú y Riad, puede perjudicar mucho a Estados Unidos y Canadá debido a que el fracking puede no ser rentable y aunque los costes de producción para Arabia Saudí son muy reducidos, se estima que aunque incluso el precio baje a 10 USD sus pozos podrían seguir siendo rentables, si finalmente el precio del crudo se consolida por debajo de los 30 USD por barril, muchos productores podrían tener problemas y echarle un pulso a Putin y Trump no parece a priori una buena idea, ya que estos para defender sus intereses podrían tomar otro tipo de medidas.
El desplome del petróleo y la incertidumbre generada entorno a la pandemia del Covid-19, han generado fuertes caídas a lo largo de las últimas semanas que han llegado a provocar incluso suspensiones temporales temporales en Wall Street en diferentes sesiones tras abrir con caídas superiores al 7%, demostrando que los mercados están dominados por el pánico que se ve reflejado en una sociedad que abarrota los supermercados para hacer acopio de comida.
Por lo tanto y ante este escenario, los inversores y los ciudadanos han puesto sus ojos en los diferentes gobiernos e instituciones financieras expectantes a las diferentes medidas que tomen para intentar paliar esta crisis sanitaria a nivel global.
Si nos centramos en el aspecto político, podemos observar cómo Italia ha tomado las medidas más restrictivas y extremas al poner en cuarentena al país completo tras sufrir con fuerza la incidencia del coronavirus con miles de afectados y cientos de fallecidos, cerrando todos los negocios exceptuando farmacias y supermercados, restringiendo el libre movimiento de sus ciudadanos. El Gobierno español ha decretado el estado de alarma desde el sábado 14 de marzo para frenar la expansión del virus.
Estas medidas podrían marcar el camino a los diferentes Estados de la Unión Europea conforme se vayan sucediendo las siguientes jornadas. Estas medidas extremas que nos ayudarán a superar esta crisis sanitaria, afectan gravemente a la economía ya que el consumo se va a ver fuertemente afectado debido a que no se sabe durante cuánto tiempo nos vamos a ver obligados a vivir en esta situación. Por su parte, la Unión Europea a anunciado que destinará 25.000 millones para paliar el covid-19.
Bancos centrales
En el ámbito financiero, hemos observado cómo los diferentes bancos centrales a nivel mundial han ido anunciado medidas para intentar paliar esta crisis. La primera en reaccionar fue la Reserva Federal norteamericana, tras anunciar el pasado 3 de marzo en un comunicado sorpresa después de realizar una reunión de urgencia que bajaba los tipos de interés en 50 puntos básicos (0.5%), dejando los tipos de interés en el rango 1-1.25%. Esta situación no ocurría desde el comienzo de la crisis financiera en el año 2008. En este comunicado, la FED también anunciaba un incremento de la liquidez en las operaciones diarias (repo) hasta los 150.000 millones. Pese a esta reacción, el mercado espera que en la próxima reunión del 18 marzo el organismo presidido por Jerome Powell anuncie nuevas medidas. Por su parte, el Banco de Inglaterra también anunció una reducción de tipos desde el 0.75% hasta el 0.25% en consonancia con la Reserva Federal.
Si nos centramos en el BCE, el mercado estaba expectante antes las posibles medidas tomadas por este organismo, ya que Christine lagarde en diversas declaraciones comentaba que temía otro crash como en el 2008, por lo que el mercado esperaba que anunciase medidas excepcionales al igual que hizo su predecesor Mario Draghi cuando el famoso “Whatever it takes”.
Finalmente, el BCE anunció medidas para garantizar la liquidez y abaratar la financiación a través de mecanismos de subastas de liquidez excepcionales hasta junio de 2020 y la compra extraordinaria de activos por un valor de 120.000 millones de euros, sin reducir los tipos de interés, debido a que dada la estructura actual de tipos, el Banco Central Europeo no tiene mucho más margen de maniobra en este punto decepcionando a los inversores.
Pese a todas estas medidas tomadas por los diferentes organismos, los mercados no han logrado parar la sangría durante este mes de marzo, por lo que finalmente la CNMV ha tomado la decisión de restringir las posiciones en corto en el mercado de acciones para intentar cortar las caídas. Si bien es cierto que tras estas últimas fuertes caídas podemos esperar rebotes puntuales alcistas, si no estamos en el mercado, sería recomendable esperar hasta finalizar esta fase de pánico para buscar posiciones largas.