España ¿un cohete rumbo al “estrellato” económico?

Ya analizamos en un artículo previo la ilusión de algunos datos macro que no acaban de llegar al bolsillo de los españoles. Con la renta per cápita congelada, con niveles de riesgo de pobreza y exclusión social disparados, con el precio de la vivienda inasumible, o la inflación constante. Los salarios, ajustados por inflación, todavía no han recuperado su poder adquisitivo de hace una década. El acceso a la vivienda parece una carrera de obstáculos, más propia de un reality show que de una aspiración noble y asequible. Y eso sin hablar de la deuda, que sigue creciendo, haciendo de España el país del ya veremos cómo lo pagamos.

Según datos recientes del CIS, los españoles no piensan que la economía vaya tan bien. De hecho, se destaca como el mayor problema, por encima de todo el que se pueda imaginar. A nivel del conjunto de España, destacan también los problemas económicos, aunque se antepone el de la vivienda (que no deja de ser una parte del problema económico) y se cuela con fuerza el comportamiento (malo) de los políticos. Lo cual nos debería hacer reflexionar sobre los representantes que tenemos. Se suele decir que tenemos lo que nos merecemos. ¿Será así?

Fuente: Carlos Arenas Laorga con datos del CIS de diciembre de 2024

En términos macroeconómicos, España se asemeja a un funambulista que intenta cruzar un alambre sobre un barranco económico. La inflación, aunque bajo control según los números oficiales, sigue haciendo mella en la cesta de la compra. Mientras tanto, el paro se mantiene como un vergonzoso líder europeo (y de la OCDE), recordándonos que nuestros jóvenes (cuya tasa de desempleo es incluso mucho mayor) no solo aspiran a ser astronautas, sino también a emigrar.

No falta quien desde fuera nos aplaude, calificándonos de “motor del crecimiento europeo” (una metáfora optimista, dado que muchos motores tienen averías). A esto se suma la recuperación del turismo, que vuelve a ser nuestra joya de la corona, aunque más precaria que nunca. Pero, cuidado, depender en exceso de esta industria es como construir un rascacielos sobre arena: puede quedar precioso, pero es inestable. Recordemos el COVID…

Para muchos españoles, la economía sigue siendo una asignatura pendiente. Llegar a fin de mes, según la tasa AROPE es más una gesta heroica que algo normal. Pero este no es el peor indicador, ni de lejos. No hagamos leña del árbol caído.

 
Fuente: Carlos Arenas Laorga con datos de la tasa AROPE

La clase media se encuentra cada vez más delgada, y no por ir al gimnasio, sino por soportar el peso de una fiscalidad agresiva que no siempre se traduce en mejores servicios públicos, por decirlo finamente.

A pesar de todo, el humor español nunca falla. España va bien, se escucha en las cafeterías. Y es que, como buenos supervivientes, nos enfrentamos al día a día con creatividad. Mientras unos llenan el depósito con cuentagotas, otros se plantean si las reparaciones en el motor económico llegarán a tiempo.

España parece ese cohete gripado que todos miramos con ilusión, pero que necesita más realidad y políticas efectivas para alcanzar las estrellas. Nos queda mucho por mejorar. Mucho, mucho, mucho.