Con la crisis de divisas, la guerra arancelaria y el miedo al contagio a las economías emergentes de fondo, descubrir pistas sobre el tira y afloja entre la Reserva Federal (Fed) y la Casa Blanca en torno a la política de subida de los tipos de interés, atrae el interés del mercado sobre el encuentro de política económica más glamuroso y enigmático del año: el simposio de Jackson Hole (Wyoming, Estados Unidos).
Sin embargo, ninguno de esos temas centran la agenda del encuentro que arrancará en este enclave rodeado de ocho montañas de más de 3.600 metros este jueves y que, como cada año, organiza la Fed de Kansas. Banqueros centrales y renombrados economistas se reúnen en esta ocasión bajo la premisa de dialogar sobre un asunto mucho más global y a largo plazo. En el horario hay establecida una reunión sobre las causas de la baja inflación, el lento crecimiento de los salarios y las débiles ganancias de productividad en la economía de los EE.UU. En definitiva, los cambios que se están produciendo en el operar de los mercados.
Pero las declaraciones del presidente de EEUU este el lunes a Reuters en las que afirmaba no estar "entusiasmado" con que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, suba los tipos de interés, y sus acusaciones a China y a Europa de manipular sus monedas, echan leña al fuego de un encuentro global sobre los cambios estructurales en los mercados, convulsionados en los últimos meses por los arrebatos de Donald Trump.
Para muestra un botón. Tras la publicación de la entrevista, esta semana el dólar se debilita (ayer volvió a descender frente al euro que hoy se intercambia por 1,157 billetes verdes) después de actuar durante los últimos meses como refugio para los inversores. También los tipos de los bonos descendieron en los países desarrollados.
El dólar, Trump, Powell y los tipos de interés
Por todo ello, todas las miradas puestas sobre Jackson Hole se centran en el discurso que está previsto para el viernes, de Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal norteamericana. La preocupación por un contagio de la crisis de divisas a las economías emergentes, después de haber sido Donald Trump quien comenzara la batalla, y la fortaleza demostrada por el dólar en las últimas semamas hace que la posibilidad de que la Reserva Federal afloje la marcha en su calendario de política monetaria esté sobre la mesa.
Aunque es muy probable que el banco central ignore las críticas de que está normalizando la política monetaria con demasiada rapidez, si que los expertos admiten dudas sobre la reacción del gobernador de la FED: “no esperamos grandes anuncios –señalan desde Bankinter- tal vez Japón podría dar un enfoque menos laxo en política monetaria y Powell (Fed) mostrarse algo menos firme con respecto a futuras subidas de tipos, influido por las recientes declaraciones de Trump. Eso debilitaría el dólar”.
En septiembre, se espera que la Fed eleve las tasas de interés por octava vez desde fines de 2015, y según los estudios de Market Watch los futuros de fondos federales indican una probabilidad del 93,6% de un alza. Pero una posible cuarta alza en diciembre es menos segura, con solo 61.3%. Cualquier orientación adicional de Powell sobre el ritmo de ajuste de la política podría alterar las expectativas generales de los aumentos de tasas.
"Creemos que la cita es relevante -declara Mark McCormick, jefe de estrategia de FX para América del Norte en TD Securities- ya que podría dejar riesgos asimétricos para el dólar, ya que cualquier señal de precaución reforzaría una restricción de posicionamiento a corto plazo".
El mercado de divisas y el miedo al contagio a los emergentes
En medio del recrudecimiento de las disputas entre los EEUU y otros socios comerciales, muchos son los expertos que aseguran que una tendencia de fortalecimiento del dólar, que ha ganado contra las monedas de los mercados emergentes y las economías más grandes, lo ha dejado más fuerte de lo que debería estar, poniéndolo en posición para una posible retirada firme contra sus rivales.
Según relata la Commodity Futures Trading Commission, el número de apuestas alcistas por parte de los especuladores superó las bajistas para alcanzar un máximo de un año desde el martes pasado.
Desde Ebury destacan que el dólar estadounidense se ha fortalecido a un máximo de más de un año frente a la Libra esterlina en las últimas semanas, mientras que se recupera bruscamente por debajo de la marca de 1,14 frente al Euro, por primera vez desde julio de 2017.
Así las cosas, el ICE U.S. Dollar Index DXY, que mide el dólar contra seis competidores, se ha recuperado 1,4% en agosto, y ha subido 4,1% en lo que va de año, según datos de FactSet.
Tras la puesta en evidencia de los problemas en la economía turca generando gran incertidumbre en el mercado, los inversores acudieron en masa hacia el dólar estadounidense, el yen japonés y el franco suizo. Los inversores también huyeron de las monedas de mercados emergentes de mayor riesgo, muchas de las cuales cayeron a mínimos de varios meses o varios años, especialmente el Rublo ruso y el Rand sudafricano. Sin embargo, “creemos –señala en su informe sobre divisas Ebury- que el movimiento de la Lira se debió por completo a factores idiosincrásicos y que las monedas de mercados emergentes que se vendieron deberían comenzar a generar algún repunte.
Por su parte, en una visión más a corto plazo, los expertos de Bankinter auguran que el euro se mantendrá por encima de 1,15 y que sobre el dólar seguirá pesando el enfoque más “dovish” o suave de Trump sobre los tipos de la Fed y sus acusaciones sobre manipulación del euro y el yuan por parte de los gobiernos correspondientes.