En la primera subasta del mes de noviembre, el Tesoro Público ha colocado un total de 5.882,88 millones de euros en bonos y obligaciones, superando el rango medio estimado. Estos datos, publicados por el Banco de España, muestran que la demanda de los inversores ha superado ampliamente los 10.000 millones de euros, reflejando el continuo apetito inversor por los títulos de deuda españoles.
En detalle, se han colocado 479,33 millones en la obligación a 15 años ligada a la inflación, con una demanda de 824 millones y un interés marginal del 1,550%. Además, se han adjudicado 2.400 millones de euros en el bono a cinco años, por debajo de los 4.500 millones demandados, con una rentabilidad marginal del 3,339%. En cuanto al bono a 10 años, el interés se ha situado en 3,589% y se han colocado 1.337,28 millones, la mitad de los 2.663 millones solicitados. Por último, en la obligación a 30 años se han colocado 1.666,24 millones de euros, frente a una demanda de 2.300 millones, con un interés marginal del 4,473%.
Esta subasta se produce después de que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera dejar intactos los tipos de interés y de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) optara por mantener tipos por segunda vez consecutiva. Aunque se espera que estas decisiones influyan en los mercados, los inversores particulares siguen mostrando gran interés por la compra de deuda, especialmente a corto plazo, debido a su alta rentabilidad.
El Tesoro Público planea realizar varias emisiones durante el mes de noviembre, que incluyen letras a 6 y 12 meses, letras a 3 y 9 meses, y bonos y obligaciones del Estado. En cuanto a las previsiones para 2023, se estima que la emisión bruta será de 256.930 millones de euros, un 8,2% más respecto a 2022. Sin embargo, el gobierno ha anunciado que la emisión neta se reducirá en 5.000 millones de euros gracias a la buena marcha de la economía española y el cumplimiento holgado de los objetivos fiscales.
