Una de las políticas más disruptivas del mandato de Trump fue su enfoque proteccionista en el comercio internacional. La imposición de aranceles a productos europeos, como el acero y el aluminio, en 2018 marcó un punto de tensión en las relaciones transatlánticas. Estos aranceles, del 25% y 10% respectivamente, afectaron gravemente a las exportaciones europeas, particularmente en países como Alemania, que depende en gran medida de su industria manufacturera.
En respuesta, la Unión Europea implementó aranceles de represalia sobre productos estadounidenses, lo que escaló la guerra comercial. Aunque ambos bloques alcanzaron acuerdos provisionales, la incertidumbre generada durante este periodo contribuyó a una disminución del 15% en el comercio bilateral entre Estados Unidos y Europa entre 2018 y 2020, según datos de Eurostat.
Impacto en el sector tecnológico y regulaciones digitales
Otro punto de conflicto importante fue el intento de Trump de limitar el poder de las empresas tecnológicas europeas en el mercado estadounidense. La administración de Trump criticó las regulaciones digitales de la Unión Europea, incluyendo el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), calificándolas como barreras comerciales disfrazadas.
La amenaza de imponer nuevos aranceles sobre productos como los automóviles europeos en represalia por las tasas digitales propuestas por países como Francia generó incertidumbre en el sector tecnológico. Aunque estas medidas no se implementaron plenamente, las tensiones afectaron la confianza de los inversores y crearon un ambiente de desconfianza entre ambos bloques.
Las políticas energéticas y su efecto en Europa
Las decisiones de Trump en política energética también tuvieron repercusiones negativas para Europa. Su retiro del Acuerdo de París en 2017 debilitó los esfuerzos globales para combatir el cambio climático, un tema prioritario para la Unión Europea. La falta de cooperación estadounidense redujo el alcance de las iniciativas internacionales lideradas por Europa y generó una brecha en la financiación climática global.
Además, la administración de Trump presionó a Europa para reducir su dependencia del gas ruso a través de la compra de gas natural licuado (GNL) estadounidense. Aunque diversificar las fuentes de energía es una prioridad para Europa, el coste del GNL estadounidense fue significativamente más alto que otras alternativas, lo que impactó los precios de la energía en algunos países.
La incertidumbre generada por las políticas de Trump también afectó los flujos de inversión entre Estados Unidos y Europa. La disminución en la confianza mutua llevó a una caída en la inversión directa extranjera (IDE) de Estados Unidos hacia Europa, que se redujo un 25% entre 2017 y 2020, según datos de la OCDE.
En el mercado financiero, la volatilidad derivada de las tensiones comerciales y geopolíticas afectó a los mercados bursátiles europeos. El índice Euro Stoxx 50 registró fluctuaciones importantes en respuesta a los anuncios y medidas de la administración de Trump, lo que generó incertidumbre para los inversores.
Perspectivas para un posible segundo mandato
Con el regreso de Trump al poder, Europa podría enfrentar nuevamente retos similares. Su retórica proteccionista y su enfoque unilateral en las relaciones comerciales podrían generar nuevas tensiones. Además, es probable que busque renegociar acuerdos clave, como el actual pacto comercial con la Unión Europea, bajo términos más favorables para Estados Unidos.
Un segundo mandato también podría traer consecuencias para la cooperación internacional en temas climáticos y de seguridad energética. La Unión Europea necesitará fortalecer su posición en estas áreas para mitigar los efectos de posibles decisiones unilaterales de una administración liderada por Trump.
¿Cómo puede prepararse Europa?
Para enfrentar los posibles impactos de un segundo mandato de Trump, Europa debe adoptar un enfoque proactivo. O lo que es lo mismo, un mercado europeo más integrado y coordinado puede ayudar a mitigar los impactos de las tensiones externas.
También es importante reducir la dependencia del comercio con Estados Unidos fortaleciendo lazos con Asia y América Latina. Y aumentar inversión en energías renovables y tecnologías digitales para reducir la dependencia de fuentes externas.
El primer mandato de Trump tuvo consecuencias económicas significativas para Europa, ¿está condenada la historia a repetirse?