Los mercados se enfrentan a varios temores; por un lado un nuevo coletazo para las economías del mundo en forma de desaceleración, o recesión encabezado por Estados Unidos y China. Por otro lado, la volatilidad de las materias primas y, por último, unos beneficios empresariales que comienzan a tocar techo.
Si a este cocktail explosivo le unes unas valoraciones por encima de las medias históricas y un mercado alcista que dura ya casi siete años, lo cierto es que los inversores han cogido el camino más fácil y han comenzado a vender posiciones y asegurar rentabilidades.
Justo en un entorno en el que los gestores de fondos se afanan por encontrar rentabilidad debajo de cualquier activo, lo cierto es que el oro ha vuelto a recuperar su papel como activo refugio después de varios años de caídas consecutivas.
Se puede observar en los flujos de fondos. Los últimos datos muestran como los mercados han metido dinero en los ETF’s de oro al mayor ritmo en más de un año. Se trata de un cambio significativo con respecto a los dos últimos ejercicios, cuando los ETFs de oro sufrieron redenciones por un importe de unos 33.000 millones de dólares.
Y esa hambre de protección ha provocado que el metal precioso haya subido desde el 1 de enero algo más de un 1% colocándose muy cerca de los 1.200 dólares la onza.
Además, como explican en Saxo Bank, “el oro se encuentra actualmente en correlación negativa con el crudo, ya que la caída de los precios energéticos aumenta el estrés en el sistema, mientras reduce las perspectivas de crecimiento de los productores, muchos de los cuales son países de mercados emergentes. A pesar de su impacto deflacionario, unos precios de crudo más bajos se traducen en mayores precios del oro y, con la perspectiva para el petróleo actualmente apuntando hacia mínimos durante más tiempo, el oro sigue siendo una buena alternativa en este mundo de dudas y volatilidad”.
Porque, de hecho, los expertos explican que las subidas del oro en las actuales circunstancias se deben más al aumento de la incertidumbre que a su papel como cobertura ante una subida de la inflación. Pero lo que está claro es que los expertos consideran que el oro ha vuelto a recuperar su papel como activo refugio por excelencia.
Según Luis Francisco Ruiz, director de análisis de Estrategias de Inversión, “el oro es el refugio de última instancia, aquel que se adquiere porque pensamos en un colapso del actual sistema que nos llevará a abandonar el dinero fíat y a retomar el patrón oro. El oro será capaz de retomar una tendencia alcista de largo plazo si esta posibilidad, quiebra del sistema gana probabilidad con el paso del tiempo”.
Oro vs S&P 500
En opinión de James Butterfill, director de análisis y estrategias de inversión de ETF Securities considera que el oro podría seguir subiendo en las próximas semanas. Explica que “la Fed mantendrá una postura monetaria laxa. Además, históricamente, cada vez que la Fed aplazó sus decisiones, éstas terminaron convirtiéndose en errores de política monetaria. Igualmente, ambos casos han repercutido positivamente sobre el precio del oro. El riesgo de este escenario es que el dólar se recuperará fuertemente, lo que creemos que es poco probable. Suponiendo que la inflación anual se mantiene en 1.7 % y el dólar se deprecia un 5%, entonces el oro podría recuperarse por encima de los 1.200 dólares la onza”.
Este precio nos dice que la escalada del oro podría tener poco recorrido. Como explica Luis Francisco Ruiz “ya que no consideramos un escenario de quiebra del sistema pues los agentes económicos continúan reduciendo los elevados niveles de deuda que dieron paso a la Gran Recesión de 2008-2009. De esta manera pensamos que la tendencia bajista primaria que inició el oro en 2011-2012 y que le ha llevado a perder un 40% continuará su curso”.
Sin embargo, su uso de las carteras podría tener sentido sobre todo para aquellos inversores “que deseen proteger su cartera de crecimiento medio o agresivo, de las distorsiones de mercado extremas, los eventos geopolíticos, la inflación a largo plazo o contra el temor de que el dólar mantenga una valoración excesiva”, explica el director de análisis de ETF Securities.
En la firma consideran que la mejor forma para entrar en este tipo de activos es a través de la adquisición de un ETP porque, además, este tipo de vehículos protegen mejor al inversor contra el riesgo crediticio del emisor.
Por el contrario, en la entidad no apuestan tanto por las empresas relacionadas con el oro porque “si bien ofrecen una valoración bajísima desde una perspectiva histórica, es probable que bajo este contexto los inversores caigan en una trampa de valoración debido a las preocupaciones sobre la rentabilidad de estas empresas. Asimismo las minas se han deteriorado a pesar de los grandes volúmenes de capital invertidos entre 2007 y 2013, y el cierre de varias recientemente, no ha mejorado los márgenes de rentabilidad”, dicen en ETF Securities.
La historia
Los datos estadísticos muestran que el oro es un refugio, un diversificador y un seguro contra la inflación en cualquier cartera, sin embargo los inversores deben saber que a largo plazo no deben esperar grandes rentabilidades. Según algunos estudios, desde 1802 a 2013 mientras que la bolsa ha generado una rentabilidad real de un 6,7% anual, el oro sólo ha rentado un 0,6% en términos reales.
Los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión muestran que el oro está en fase de consolidación, al acumular una puntuación de 5 sobre 10, tal y como puede verse en el siguiente gráfico.
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