El BCE recorta en 25 puntos los tipos de interés y augura menos inflación en 2025 y 2026

El BCE ha cumplido con el guion previsto y ha decidido hoy bajar 25 puntos básicos los tres tipos de interés oficiales. En consecuencia, los tipos de interés aplicables a la facilidad de depósito, a las operaciones principales de financiación y a la facilidad marginal de crédito disminuirán hasta el 2,00%, el 2,15% y el 2,40%, respectivamente, con efectos a partir del 11 de junio de 2025.

La institución explica que su decisión “se basa en su evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, de la dinámica de la inflación subyacente y de la intensidad de la transmisión de la política monetaria”. No obstante, la decisión no ha sido unánime, sino que uno de los miembros del Consejo de Gobierno votó en contra, según ha reconocido la presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante su comparecencia ante los medios. 

Asimismo, Lagarde ha aclarado que en la reunión de junio el Consejo de Gobierno no ha debatido sobre el “maravilloso concepto” del tipo de interés neutral. Según ha explicado, la neutralidad solo se entiende en la ausencia de shocks.

Sí ha reconocido que “el BCE se acerca al final del ciclo de su política monetaria”, si bien ha querido matizar que eso no implica necesariamente una pausa de los recortes en las próximas citas. En todo caso, el BCE está en “una buena posición para navegar las condiciones de incertidumbre” actuales, ha asegurado la economista francesa. 
 

La inflación se sitúa actualmente en torno al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% a medio plazo. En el escenario de referencia de las últimas proyecciones de los expertos del Eurosistema se estima que la inflación general se situará en promedio en el 2,0% en 2025, el 1,6% en 2026 y el 2,0% en 2027. Las anteriores previsiones del staff, las publicadas en marzo, auguraban una inflación este año del 2,3%, que se situaría en el 1,9% para 2026 y en el 2,0% para 2027. Estas rebajas “reflejan principalmente unos supuestos más bajos referidos a los precios energéticos y una apreciación del euro”. 

De acuerdo con estas proyecciones, la inflación, excluidos la energía y los alimentos, se situará en promedio en el 2,4% en 2025 y el 1,9% en 2026 y en 2027, prácticamente sin variación desde marzo.

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Mientras, el BCE espera que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) real será, en promedio, del 0,9% en 2025, el 1,1% en 2026 y el 1,3% en 2027. En marzo el staff esperaba un crecimiento económico del 0,9% este año, que se aceleraría al 1,2% y el 1,3% en 2026 y 2027.

El mantenimiento de la proyección de crecimiento para 2025 refleja “un primer trimestre más vigoroso de lo esperado junto con unas perspectivas más débiles para el resto del año”, destaca el BCE en su comunicado. Aunque se espera que la incertidumbre sobre las políticas comerciales afecte a la inversión empresarial y a las exportaciones, especialmente a corto plazo, el aumento de la inversión pública en defensa e infraestructuras respaldará progresivamente el crecimiento a medio plazo. Un aumento de las rentas reales y un mercado de trabajo sólido permitirán a los hogares gastar más, lo que, unido a unas condiciones de financiación más favorables, “debería reforzar la capacidad de resistencia de la economía frente a las perturbaciones mundiales”.

No obstante, el BCE reconoce que el actual escenario es de “elevada incertidumbre”. En ese sentido, “si en los próximos meses se produjera una mayor escalada de las tensiones comerciales, el crecimiento y la inflación se situarían por debajo de lo previsto en el escenario de referencia de las proyecciones”. En cambio, “si las tensiones comerciales se resolvieran con un resultado favorable, el crecimiento y, en menor medida, la inflación, se situarían por encima de lo previsto en ese escenario”.

Dado este contexto de incertidumbre, el BCE insiste, como en otras reuniones, que “aplicará un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar la orientación apropiada de la política monetaria”. 
 

Lagarde rechaza los rumores de su marcha

Parte del interés de la comparecencia de Lagarde estaba puesto en el futuro de la propia presidenta, después de que el pasado mes de mayo el diario Financial Times publicase que la presidenta del BCE podría anticipar su salida para pasar a dirigir el Foro Económico Mundial.

No obstante, la economista francesa ha rechazado estos rumores, asegurando que está “completamente determinada” a completar su mandato, así como “firmemente comprometida” en su labor como presidenta del BCE. El mandato no renovable de Lagarde en el BCE finaliza el 31 de octubre de 2027.