Credit Suisse ha anunciado que los flujos de salida de clientes se estabilizaron a niveles mucho más bajos aunque aún no habían revertido a la fecha del informe. Golpeado por una serie de escándalos, el banco vio una fuerte aceleración en las retiradas de clientes en el cuarto trimestre, con salidas de más de 110.000 millones de francos suizos (120.000 millones de dólares), lo que le hizo romper algunos colchones de liquidez. Anteriormente, el banco había afirmado que la situación había mejorado y que el dinero volvía al banco.
También reconoce que ha identificado "debilidades materiales" en el procedimiento de los informes de los años 2021 y 2022 y está adoptando un plan para subsanarlas. Durante los dos años, "el control interno del grupo sobre los informes financieros no fue efectivo", apunta. La semana pasada, Credit Suisse dijo que la SEC le había llamado en relación con "ciertos comentarios abiertos de la SEC sobre la evaluación técnica de las revisiones previamente divulgadas de los estados de flujos de efectivo consolidados en los ejercicios finalizados el 31 de diciembre de 2020 y 2019, así como los controles relacionados".
Según mostraron las cifras correspondientes a los resultados de 2022, Credit Suisse tuvo unas pérdidas de 7.293 millones de francos suizos (7.470 millones de euros). En 2021, ya perdió 1.650 millones. Aunque en 2022 Credit Suisse tuvo un flujo neto de activos de -123.200 millones de francos suizos, cerró el ejercicio con 1,29 billones de activos bajo gestión.
Credit Suisse sigue su sangría en bolsa
Ayer lunes, el precio de las acciones del banco cayó más de un 14% alcanzando nuevos mínimos históricos en un contexto de fuertes caídas para la banca tras el colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank. El banco ha despertado hoy con caídas de más del 3%, que le llevan a los 2,19 francos suizos.
Además, el coste de asegurarse contra un impago de la deuda de Credit Suisse también subió a un nuevo máximo histórico de 466 puntos básicos, 49 puntos básicos más que al cierre del viernes.
El segundo banco más grande de Suiza lucha por recuperarse de una serie de escándalos. Ha iniciado una importante reestructuración de su negocio, recortando costes y puestos de trabajo para reencauzar la actividad, incluida la creación de un negocio separado para su banco de inversión bajo la marca CS First Boston.
En un intento de lanzar mensajes positivos al mercado, la entidad ha asegurado que planea la distribución de dividendos significativos a partir de 2025. Con cargo a las cuentas de 2022, el dividendo será de 0,05 francos suizos.
El valor, según el consenso de Reuters, tiene un precio objetivo en los 3,13 francos suizos que deja el potencial de la entidad en más del 41%. Actualmente, de los 20 analistas que cubren el valor, la mayoría (12) optan por mantener frente a 7 que recomiendan la venta o fuerte venta del valor, que tan sólo cuenta con una recomendación de compra.