Precisamente hace unos días el FT publicaba un artículo en el que el autor de la guía de gestión de patrimonio del periódico, Jason Butler, hablaba de qué había que hacer para seleccionar a nuestro consultor.
Lo primero que decía Butler es que “muchas gestoras de patrimonio son demasiado caras y son muy ineficientes a la hora de hacer su trabajo, ya que están vestidas de algo que no son”.
En su opinión, además de la inversión, los gestores de patrimonio deben ser capaces de gestionar los impuestos, las herencias, hipotecas y pensiones. “Consejero, guía, amigo crítico, alguien que te ayuda con la planificación de la estrategia y te sugiere soluciones cuando son necesarias, eso es lo que yo llamo gestión de patrimonio”, dice.
Además, lo más importante para estos clientes de grandes fortunas no es el precio, sino la relación de largo plazo con un individuo. “Ellos necesitan a alguien que vaya a estar ahí durante mucho tiempo y en quien pueda confiar durante todos esos años”, asegura.
Además del dinero, existe una cuestión de estrategia de inversión. Hay muchas carteras modelos directamente a mano en internet, “así que los gestores de patrimonio deben justificar sus fees más altos”, dicen algunos expertos. Deben evitar que sus carteras se parezcan a los portfolios de conocidos fondos de inversión, por ejemplo.
Dicen que algunos de estos expertos se duermen en los laureles, se quedan en nombres de compañías conocidas y no luchan por sus clientes.
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