La reapertura china al exterior fue uno de los acontecimientos más celebrados por los mercados internacionales. Tras años de estrictas barreras provocadas por la pandemia del Covid 19, la potencia asiática decidió volver a retomar posiciones en el comercio exterior, avivando de nuevo el consumo privado, que se vio muy ahogado en los años anteriores.
En este contexto, entidades como Morgan Stanley veían como uno de los grandes beneficiados al sector del lujo, argumentando que mientras se fuesen suavizando las restricciones y aumentasen los viajes comerciales, la reaparición en escena de los consumidores chinos, unos de los principales impulsores del gasto en el sector mundial de artículos de lujo, incrementara la demanda de ropa, accesorios y otros artículos de gama alta en un 20% en 2023.
La entidad norteamericana miraba más allá incluso, estimando que los habitantes chinos pueden llegar a representar “el 60% del crecimiento del gasto total en artículos de lujo personales hasta 2030”.
Pues bien, en cierto modo, el buen hacer del sector en los primeros compases de esta reapertura china, además de poseer la fortaleza de ser menos sensible a la inflación, indicaban que estas predicciones podrían llegar a cumplirse, pero los delicados datos de la economía china en las últimas semanas han afectado directamente a los mercados (y bolsas) internacionales, incluido al sector del lujo. El PIB chino creció un 0,8% intertrimestral de abril a junio, según los datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadística la pasada semana, lo que supone una fuerte ralentización frente al primer cuarto del año cuando se alcanzó el 2,2% intertrimestral.
De hecho, todos estos datos han hecho que aumente la incertidumbre sobre si el país presidido por Xi Jinping podrá cumplir con su objetivo de crecimiento anual, que el Gobierno fijó en un 5% para este año. Y cómo no, ante estas señales de desaceleraciones de la economía china, uno de los sectores que más ha sufrido recortes es el lujo, arrastrado a la baja por el desplome de Richemont, propietario entre otros de Cartier.
Sin embargo, esto no es lo único que está afectando al sector en el plano bursátil. Las ventas de las compañías en Estados Unidos están empezando a caer, o así lo demuestran los últimos datos presentados por las principales empresas del sector. La ya mencionada Richemont publicó este mes que sus ventas en el país cayeron un 4%, lo que provocó que las acciones de la entidad se desplomaran hasta un 10% tras la noticia.
Otro caso es el del gigante LVMH, cuya publicación de resultados mostró un descenso del 1% en las ventas estadounidenses del segundo trimestre con respecto al período del año anterior, lo que provocó notables caídas en la jornada de ayer en bolsa para la entidad, llegando a alcanzar retrocesos superiores al 5%, y arrastrando consigo a otras empresas del sector, que con estos datos veían las orejas al lobo, como es el caso de Kering, Hermés o Burberry.
Pese a esto, el presidente y director ejecutivo de LVMH, Bernard Arnault, catalogó los resultados de su compañía como "sobresalientes", tras un largo período de incertidumbre en el mercado. "Gracias a la conveniencia de nuestras marcas, nos acercamos a la segunda mitad del año con confianza y optimismo, pero permaneceremos atentos al entorno actual y contaremos con la agilidad y el talento de nuestros equipos para fortalecer aún más nuestra posición de liderazgo mundial en artículos de lujo en 2023".
El grupo presentó al cierre del primer semestre de 2023 un beneficio neto de 8.481 millones de euros, lo que equivale a un incremento del 30% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según informó el martes la compañía. Entre enero y junio, la empresa facturó 42.240 millones de euros, un 15% más que en el mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, en la primera sesión tras la presentación de sus resultados, los títulos llegaban a caer por encima del 5%, en parte por las expectativas futuras en algunos de sus principales mercados. Y es que los ingresos de la compañía en Estados Unidos, que aportó un 24% a los ingresos totales del grupo en el primer semestre, descendieron un 1%, lo que provocó inestabilidad bursátil en el sector.
El sector, con potencial en bolsa
En la sesión del miércoles, la caída de las acciones de LVMH arrastraba consigo a otras empresas del sector, como Kering, Hermes Intl, L'Oreal del CAC 40 o Burberry, que se veían afectados por la tendencia del gigante. En la apertura del jueves, eso sí, los diferentes grupos recuperaban, al menos en parte, lo perdido en bolsa en las sesiones anteriores.
Kering, de hecho, lideraba el EURO STOXX 50 al comienzo del jueves, con alzas superiores al 2%. Luis Vuitton, L’Oreal y Hermés seguían la misma tendencia, con alzas que rondaban también los dos puntos porcentuales.
Pese a la inestabilidad de las últimas jornadas, las principales compañías del sector del lujo siguen presentando un amplio recorrido en bolsa en 2023. LVMH sube un 19% este año, presentando un potencial para Reuters del 14,4%. Las acciones de Kering se revalorizan más de un 10% este ejercicio, con posibilidad de crecer un 17% más en los próximos 12 meses.
Los títulos de Hermes se encuentran entre los que más se han anotado este año en el sector, ya que suman más de un 28% este 2023, con un potencial del 4,5%, el mismo que presenta Burberry, según Reuters, y cuyas acciones crecen un 7% en lo que va de año.