Si su horizonte temporal inversor es de largo plazo, debería estar en activos de esa misma duración. Así lo afirma una personalidad como Carlos Tusquets, presidente de Mediolanum, fundador de Fibanc y Trea (recientemente vendida a Beka Finance), consejero y empresario, así como miembro de larga duración de Inverco. Además, es responsable del primer fondo de inversión en España, registrado en 1988, que era, además, un producto monetario, con grandes posiciones en Letras y activos monetarios: Fibanc Fondiner (hoy, Mediolanum Fondcuenta).
El experto reconoce que “no es fácil encontrar activos a menos de un año con rendimientos superiores a las Letras. Son imbatibles, pese a la comisión del Banco de España. Se comprende que la gente haga colas para comprarlas”. Sin embargo, advierte que “para dar valor añadido a las Letras hay que combinar. Hay que salir a buscar oportunidades. A largo plazo seguro que se les puede ganar; si se hace bien, aunque es cierto que a corto no hay tiempo para batirlas”.
Y añade: “mi pregunta es: ¿es realmente ahorro de largo plazo lo que buscan estos compradores de Letras? Yo creo que no, que es de largo plazo, con compra de activos a corto. No veo adecuación del activo que compran respecto al verdadero horizonte temporal. En muchos casos, me da la sensación de que están colocando ahorro de largo plazo en tipos a corto. Eso es una disfunción para mí. Se puede entender por la seguridad y la garantía. Pero esta rentabilidad a corto no está cubriendo la inflación. Si se busca ahorro a largo y mejorar poder adquisitivo, superando la inflación, así no se va a conseguir. Te interesa leer: "El ahorro es un concepto de largo plazo pero la mente humana ha sido concebida para el corto plazo"
Sería mucho mejor entrar en fondos que inviertan en duraciones algo más largas”.
Pone el ejemplo del fondo Mediolanum Renta “que tiene un yield to maturity de tres años y ofrece alrededor de un 5% anual. Pero la gente prefiere ir al 2,90% a un año y ya veremos qué pasa el año que viene; frente a una opción como esta, que puede dar un 4%-5% anual en tres años”.
Aquellos maravillosos años
Tusquets rememora cómo fueron los inicios de los fondos de inversión en España, donde las Letras también tuvieron un gran protagonismo. Eran los años 80, “con inflación de dos dígitos, pero tipos de interés reales también al 14%-15%”.
En aquellos tiempos, “los bancos se reunían y pactaban la remuneración de sus depósitos. Apenas daban 0,50% en depósitos a corto plazo, frente a tipos de dos dígitos. Ese enorme margen se lo quedaban 4 o 5 bancos. Fue en aquel momento cuando se registra Fondiner (hoy, Mediolanum Foncuenta), con el número de registro 1 de la CNMV”. Es decir, el primer fondo de inversión nacional.
Aquello era “un servicio de cuenta corriente a tipos de interés de mercado”. Un fondo monetario, con rendimientos de dos dígitos, vinculado a una cuenta corriente, que podía ser de varios bancos porque entonces “Fibanc todavía no se había convertido en banco”. El dinero de la cuenta se invertía en el fondo, que a su vez ofrecía liquidez diaria. De esta manera, se permitían pagos, domiciliaciones, con rendimientos de Letra del Tesoro. Si se necesitaba dinero, la cuenta reembolsaba el fondo de inmediato y lo ponía a disposición del cliente.
Posteriormente, llegaron a España los Fondtesoros, una idea del entonces director general del Tesoro, Manuel Conte, que eran fondos monetarios que invertían sólo en Letras o Bonos del estado español, por lo que tenían “garantía del estado”.
Pero Tusquets insiste: “Hay que hacer Matching: adecuar el horizonte temporal del inversor a la duración del portfolio”.