Este lunes ha sido testigo de un hito histórico en el ámbito financiero, con la cotización del yen japonés frente al dólar estadounidense cayendo momentáneamente hasta su nivel más bajo en casi tres décadas. El cruce del dólar ha llegado a alcanzar los 154,46 yenes por cada billete verde, marcando así el peor cambio del yen frente al dólar desde junio de 1990.
Esta pronunciada caída se ha atribuido en gran parte a los datos de inflación estadounidense reportados la semana pasada, los cuales han impactado en la percepción de una posible bajada de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). A pesar de las advertencias verbales realizadas por el ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, la tendencia bajista del yen no ha logrado detenerse, generando preocupación en los mercados internacionales.
A pesar de los esfuerzos del Banco de Japón por mantener la estabilidad, la divisa japonesa se ha debilitado más allá de los niveles de intervención previos, evidenciando un retroceso significativo en el último mes. Aunque el BOJ anunció recientemente el primer incremento del precio del dinero en 17 años, aseguró que mantendría unas condiciones financieras acomodaticias dada la situación económica actual, mostrando una postura menos agresiva en términos de política monetaria.
La lectura de inflación en Estados Unidos, que se situó en un 3,5% en marzo, por encima del 3,2% de febrero, ha jugado un papel crucial en el debilitamiento del yen frente al dólar. Estos resultados podrían prolongar la ausencia de bajadas de tipos en la mayor economía mundial, repercutiendo en la depreciación del yen en el mercado internacional.
En resumen, la caída del yen ante el dólar refleja un panorama económico complejo, con factores como la inflación en EE.UU. y las determinaciones de la Reserva Federal influyendo en la volatilidad de los mercados financieros a nivel mundial.