Banco Santander ha movilizado más de 2.400 millones de euros para financiar 33 proyectos de energías renovables durante los primeros seis meses del año, con una cuota de mercado del 6,4%, lo que convierte a la entidad en líder a nivel mundial de este mercado, según el ranking de Infralogic.
El grupo lleva una década siendo un banco de referencia en financiación de energías renovables y es uno de los tres mayores del mundo por número de transacciones y uno de los cinco por volumen de financiación. Para entender el impacto, el Santander aporta un dato: sólo los proyectos de renovables financiados en 2021 tienen una capacidad de generación de energía equivalente al consumo anual de 9,2 millones de hogares. El año pasado, la entidad ayudó a financiar o asesorar nuevos proyectos de energías renovables (greenfield) con una capacidad total instalada de 13,604 MW, evitando la emisión de 251 millones de toneladas de CO2; y contribuyó a la ampliación, mejora y mantenimiento de proyectos de infraestructura de energías renovables existentes (brownfield), con una capacidad instalada total de 1,776 MW.
El grupo cántabro ha acelerado en los últimos años su apuesta por la conocida como financiación verde, que incluye la financiación de proyectos, préstamos sindicados, bonos verdes, financiaciones de capital, asesoramiento, estructuración y otros productos para ayudar a los clientes en su transición hacia una economía de bajas emisiones. Desde 2019 ha movilizado un total de 74.400 millones (8.700 de ellos en el primer semestre de este año) y se sitúa a más de medio camino de alcanzar los 120.000 millones fijados como meta para 2025 en su agenda de banca responsable, dentro del marco de los ODS de Naciones Unidas. El Santander espera aumentar la velocidad y se ha comprometido a aumentar esta cifra hasta los 200.000 millones en 2030.
Además, el banco ha reforzado la propuesta de valor en finanzas sostenibles y ofrece en todos sus mercados a lo clientes minoritas un amplio catálogo de productos basados en criterios Ambientales, Sociales y de Buen Gobierno (ASG), como hipotecas verdes, préstamos dirigidos a la eficiencia energética de los hogares u oficinas, financiación para proyectos de transporte (coches eléctricos e híbridos) o agricultura baja en carbono.
Por ejemplo, para impulsar la economía doméstica verde, la entidad cuenta con un servicio ‘llave en mano’ de eficiencia energética para viviendas cuyo objetivo es facilitar a sus clientes la reducción de su consumo energético. Esta herramienta incluye un simulador online gratuito para calcular de forma aproximada, en función del tipo de vivienda, el coste de las reformas elegidas, así como el ahorro que suponen para el cliente, las subvenciones que se pueden solicitar y la deducción estimada del IRPF estatal. En este sentido, el Préstamo Eficiencia Energética del Santander puede servir de primer empujón cuando se requiere financiación para reformas o mejoras en el hogar que supongan un ahorro de energía y una mejora de la calificación energética de la vivienda, o cuando se quiere adquirir electrodomésticos sostenibles.
En productos de inversioÌÂn, la entidad ha superado los 30.000 millones de euros de activos bajo gestioÌÂn en fondos con criterios ASG. También ha lanzado recientemente la iniciativa #TheRightChange (el cambio correcto), donde pone de manifiesto conceptos claves para pasar de la teoría a la práctica: entre ellos, cambio climático, huella de carbono y su compensación, economía lineal y circular, Objetivos de Desarrollo Sostenible…
Estilo de vida sostenible
Mitigar los efectos del cambio climático también es posible tomando conciencia de las emisiones de CO2 que cada persona genera. El Santander es el primer banco español que ayuda a sus clientes no sólo a medir su huella sino también a compensarla de manera sencilla a través de la compra de los conocidos como créditos de carbono. Según datos que maneja la entidad, “el 74% de los clientes de banca es consciente de la importancia que tiene una actuación global más sostenible y el 67% demandan acompañamiento con herramientas que les faciliten ser más activos en la lucha contra el cambio climático”.
La herramienta desarrollada, a la que se accede a través de la web y la app del banco, calcula las emisiones de CO2eq asociadas a cada una de las transacciones de sus clientes (tarjetas de crédito, débito y recibos domiciliados), en función de su importe en euros y la rama de actividad. Para compensar la huella, los clientes pueden comprar créditos de carbono (la unidad internacional que equivale a una tonelada de CO2 evitada o absorbida en el aire) colaborando en distintas iniciativas: generación de energías renovables, conservación de ecosistemas, reforestación de bosques…
El camino hacia la descarbonización
Banco Santander cuenta con una detallada agenda de objetivos de banca responsable para en quinquenio 2019-2025 y el año pasado anunció su compromiso con la descarbonización: alcanzar cero emisiones netas de carbono en todo el grupo en 2050 para apoyar los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Este reto va más allá de la propia actividad del grupo. También incluye todas las emisiones de sus clientes derivadas de cualquiera de los servicios de financiación, asesoramiento o inversión que ofrece Santander.
El grupo, que es miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance, ha ido anunciando los pasos a seguir en el camino hacia la descarbonización y a comienzos de agosto anunció tres nuevos objetivos intermedios de sus carteras con horizonte temporal 2030: reducción del 29% de las emisiones absolutas financiadas en el sector de la energía; reducción del 33% de la intensidad de las emisiones financiadas en el sector de la aviación, y del 32% en el sector del acero. Estos compromisos se suman a los que el grupo hizo públicos en febrero de 2021, cuando anunció que en 2030 dejaría de financiar a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan en más de un 10% del carbón térmico y en 2030 eliminaría por completo su exposición a la minería de carbón térmico en todo el mundo. A principios de este año, además, comunicó su objetivo de reducir el 46% de las emisiones financiadas en el sector de la generación de energía eléctrica.