La última reunión del Banco Central Europeo disparó al euro hasta los 1,2522 dólares, máximos de 2014. ¿Hasta dónde puede llegar la divisa europea?
Hasta 2019 el euro tiene potencial para que lo veamos fuerte frente al resto de divisas, particularmente frente al dólar. Nosotros vemos un precio objetivo para el cruce entre 1,28 y 1,30 dólares. En Europa hemos tenido muchos eventos políticos el pasado año para entender lo que supone el riesgo político que creemos que se ha disipado, como las elecciones alemanas que se han solucionado con un resultado positivo, otra tendencia que se da en Europa es la sostenibilidad de la mejora de la macroeconomía de la Eurozona, el crecimiento es satisfactorio, el desempleo está cayendo y quizá veamos a la inflación repuntar, esto hace que los inversores sean optimistas con el euro, algo que va a continuar este año.
La apreciación que hemos visto del euro frente al dólar es espectacular, y en el cambio en el par hemos escuchado mensajes políticos extraordinarios como el del secretario del Tesoro de EEUU, Steve Mnuchin, que dijo que una moneda débil es buena para la economía estadounidense al menos a corto plazo, alineándose con ideas más tradicionales. Escuchando a Mario Draghi es muy obvio que el BCE va a estar vigilante con las políticas de cambio y esperan que la economía mejore y crezca ya la inflación. En el corto y medio plazo es difícil que veamos que se frene el rally que estamos viendo del euro.
Se habla de guerra de divisas entre el euro y el dólar. ¿Cómo lo ven desde Monex?
Hablar de guerra de divisas en esta situación es exagerado. Creemos que una de las claves es observar la retórica provocadora y no convencional que está llevando la Administración de Donald Trump, más que la política en sí. Durante muchos años en las economías desarrolladas la política económica se ha basado en los ciclos y en el control de estos, pero no se ha fijado como objetivo controlar el tipo de cambio, que no es una de sus funciones. Por eso es importante fijarse el mensaje de Mnuchin, que no estaba específicamente buscando tener un dólar más débil, sino que simplemente afirmó que la debilidad del dólar será mejor para el balance comercial de EEUU. Podríamos argumentar que quería un más dólar débil pero en realidad no lo estaba buscando explícitamente. Tanto en los comentarios posteriores de Mnuchin, como en la rueda de prensa de Trump, se han intentado cambiar o matizar esta opinión. En la conferencia de prensa del BCE, Draghi dijo que la política de cambio no era incumbencia de los bancos centrales y la respuesta de los reguladores americanos confirma que no están haciéndolo. No creemos que haya una una guerra de divisas en los mensajes entre Draghi, Trump y Mnuchin.
¿Creen que como dice el presidente del BCE, Mario Draghi, Donald Trump quiere un dólar débil frente al euro?
Lo que dice Donald Trump no es exactamente lo que quiere. Las divisas fueron uno de sus temas en la campaña electoral y dijo que Alemania manipulaba la divisa, algo que tanto Merkel como Draghi negaron ya que la política de cambio no es una de las tareas del BCE. Creo que la Administración de Washington tiene entre sus objetivos mantener un dólar bajo para estimular el crecimiento económico. Y harán cambios en su política comercial, pero podríamos estar horas hablando sobre la relación entre las exportaciones y el crecimiento, lo cierto que EEUU necesita una situación así para que no afecte a su balance y para reducir déficit. Creo que con estos mensajes sobre déficit y divisas está hablando a sus seguidores. En cuanto a cómo van a transferirse a políticas reales, aún no hemos visto nada.
Como vemos el euro se aprecia frente a las principales divisas del mundo en los últimos doce meses y en el acumulado de 2018 se deprecia contra el peso mexicano, el real brasileño o la corona noruega. ¿Cómo se puede aprovechar el inversor de esta situación?
Esta pregunta, que en realidad son dos, creo que se puede contestar viendo el entorno global y el de cada divisa, además de ver el crecimiento de las economías como la de China, la Eurozona o Estados Unidos, que muestran alzas e instituciones como el FMI, la OCDE o la Comisión Europea y factores que influyen en el mercado de las divisas como el precio del petróleo o el cobre.
En cuanto al crecimiento global está marcado por las políticas de los bancos centrales, la Fed, el BCE y el Banco de Japón se encuentran en un momento en el que plantean retirar los estímulos de forma gradual, las compras de activos como el Quantitative Easing y la subida de los tipos de interés. En el caso del BCE esto se producirá en 2019, esto significa que el coste del dinero se va a mover desde rendimientos bajos a rendimientos altos y será más interesante. Por ejemplo, ahora vemos un aplanamiento del dólar contra el real. La vuelta del riesgo también hará que sea menos favorable el mercado de divisas. Vemos que la situación macro está marcada por crecimientos en todas las economías y un aumento de los tipos de interés que se va a dar pronto.
El entorno individual del peso, el real y la corona es completamente diferente, se mueven por factores totalmente diferentes. La cotización del peso estará marcada por la negociación del acuerdo Nafta, a pesar del ruido que genera Trump, le interesa que finalmente el acuerdo se cierre porque hay muchos intereses comerciales con México pese a los titulares de prensa que hay y los discursos, al final habrá acuerdo. El real brasileño está influido por el tema político y la corrupción, de hecho en los últimos dos años hemos visto muchos avances en este tema que afecta sobre todo a Petrobras y muchas compañías constructoras de América Latina. Nosotros vemos muchas oportunidades en Brasil, hemos visto al expresidente Lula ante la justicia lo que muestra que se está luchando contra la corrupción.
La corona empezó a apreciarse desde diciembre frente al euro, la economía noruega es una gran exportadora de petróleo, por tanto el aumento en el precio del crudo influye en el precio de la corona y el crecimiento mundial es algo que le beneficia y la corona se reforzará. Además, el Banco de Noruega empezará antes que el BCE a aumentar los tipos de interés porque la inflación en el país también es más alta que en la Eurozona.
¿Entre el resto de grandes divisas donde ven oportunidades de inversión ahora mismo?
Hemos hablado del crecimiento económico mundial, que favorece que las divisas que dependen de los recursos se aprecien y muestren precios robustos. De esto se está beneficiando la corona sueca, el rublo ruso o el dólar australiano, que es proveedor de muchos metales. Entre las divisas de la OCDE la corona es la que menos valorada está y ahí vemos oportunidades de inversión.