- Comenzamos con las previsiones de esta semana que comenzamos entre los temas a destacar el Índice de Precios al Consumo (IPC) de junio que podría quedarse como está en el 1%, también se va publicar la producción manufacturera de junio que podría ser mejor que en el mes anterior, lo mismo que las ventas minoristas…
Exacto, la clave va a ser el dato de inflación que es en lo que está obsesionado todo el mercado y más aún cuando este dato se conocerá de manera previa a la reunión de la Reserva Federal. El número mensual es el dato anualizado que ha seguido llamando la atención que en mayo se quedó en el 8,6% y el consenso espera que supere este 8,6% hasta el 8,8% y más aún tras la creación de 372.000 puestos de trabajo en junio y una tasa de desempleo que alcanza el 3,6%. Con ello, los indicadores de crecimiento podrían continuar siendo positivos, reduciendo estas expectativas la posibilidad de ver una recesión técnica en el primer y segundo trimestre de 2023 según muestra la Reserva Federal de Atlanta, pero la contrapartida es que esto supondría la posibilidad de que la Reserva Federal tenga que subir los tipos en un 0,75% ahora en julio y ver que sucede también en el resto de reuniones. Los mercados están algo más positivos, la semana pasada terminaron en positivo pero sigue habiendo incertidumbre y mucha desconfianza.
- También se va a publicar esta semana el informe mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en un momento en que tanto el barril de Brent como el West Texas están por encima de los 100 dólares por barril aunque la semana pasada los vimos que bajaban por debajo de esa cota por primera vez en dos meses…
El petróleo es la materia prima más importante y el termómetro de la economía. El petróleo ha reaccionado a la guerra en Ucrania y a las sanciones ya decididas de la Unión Europa de reducir el consumo de petróleo ruso al 95% a final de año… Esto puede suponer cuellos de botella al retirarse 7 millones de barriles de petróleo del mercado europeo, que EEUU ha tratado de frenar con la oferta de la reserva estratégica de 135 millones de barriles y los anuncios de la OPEP de aumentar la producción de barriles hasta los 686.000 barriles diarios que no han logrado bajar el precio.
El viernes Wall Street logró terminar con signo mixto debido a ese dato de empleo y también se publicaron las actas de la última reunión de la Reserva Federal en el que parece que se van aumentar los tipos 75 puntos porcentuales en la próxima reunión. ¿Cree que los inversores están nerviosos por esa posible recesión, recesión técnica como apuntas? ¿Cree que el objetivo de la Fed de situar la inflación en el 2% va a acelerar los problemas económicos, esa recesión?
El mercado sigue estando muy nervioso. La Reserva Federal de Atlanta apunta que en el primer trimestre el PIB de EEUU cayó 1,6% y acaban de ajustar los datos del segundo trimestre en el que cede un 1,2%. La definición técnica de recesión son dos trimestres consecutivos de caídas en el crecimiento, no necesariamente crecimiento negativo, sino simplemente que cae el crecimiento. De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que el año pasado crecimos un 5,7% en EEUU y que este año vamos a crecer 3,7% y ese es el debate de si hay una recesión técnica entre nosotros. El consenso del mercado apunta que vamos a tener una recesión entre finales de este año y el comienzo de 2023 porque es la única manera de enfriar la economía con inflaciones por encima del 8,6%, 8,8%... y se espera que terminemos el año entre 6% y el 7%. Ahí está el ejemplo de Paul Volcker a finales de los años 80.
- La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, habló con el viceprimer ministro chino para abordar las sanciones y aranceles aplicados por EEUU a China en la época de Donald Trump y los problemas en la cadena de suministros. Parece que la Administración Biden podría eliminar algunos gravámenes sobre aranceles a China…
Tenemos problemas estructurales inmensos con la cadena de suministro que afecta sobre todo a los puertos y a los contenedores que no se van a solucionar en el corto plazo, en el largo plazo el plan de infraestructuras de Joe Biden ayudará.
- El dólar y el euro están casi en la paridad, el euro no estaba tan bajo desde 2002 y el Banco Central Europeo (BCE) podría acometer su primera subida de tipos desde 2011. ¿Qué consecuencias tendría para Europa una reciente recesión mundial?
Europa ha sentido los problemas con los cuellos de botella en las cadenas de suministro y por las sanciones impuestas a Rusia que afectan, de manera especial, al gas y al petróleo. EEUU ya es el principal proveedor de gas a la Unión Europea. Pero Europa no se puede deshacer del gas ruso en al menos los próximos tres años creando una serie de dinámicas más singulares. El BCE ha sido más tímido a la hora de subir los tipos de interés, en la medida en que Europa arrancó este pico de inflación con un IPC por debajo del 1%, de hecho el problema de Europa es que no había subidas de precios. Cada vez que hay peligro corremos hacia al dólar porque tiene liquidez y opcionalidad, cuanta menos valga es más fácil salir de euros o del renminbi chino.
Cuando los tipos empiecen a subir, las condiciones en Europa pueden mejorar. La situación en Europa va a ser mucho más severa por la dependencia del gas y petróleo ruso cuyos embargos van a seguir teniendo impacto por la imposibilidad de reemplazar esas fuentes energéticas en el corto plazo y por la dinámicas inflacionistas y recesivas van a seguir. SI EEUU entra en recesión, demandará menos bienes, el desempleo crecerá y esto hace que todas las dinámicas globales se realinean y que afecte a Europa, pero sobre todo a China. Algunos expertos apuntan que China podría terminar el año con crecimientos por debajo del 4% e incluso los más negativos apuntan al 1%.