Entrevista realizada por Juan Ángel Hernández y Silvia Morcillo
Comenzamos nuestra andadura en los comienzos de los años 1980 cuando, en un momento de transición a nivel político, hubo una gran eclosión de emisoras y formatos radiofónicos. “Fue una época en la hubo muchas licencias y una desinversión del Estado en las emisoras de onda media, en las que tenía el 25%, y acabó por constituirse un panorama radiofónico con mucha pujanza del sector privado y eso se notó mucho en la calidad de los programas, audiencia y competencia, que siempre es buena”.
Al poco tiempo empezó la televisión privada, a finales de los 80, y se empezó a hablar de que la “radio estaba muerta” . Un medio que aporta proximidad, cercanía y es un medio fundamental. “En todos los estudios que se hacen la radio sigue saliendo como uno de los medios de más fiabilidad por parte de los oyentes en cuanto a fuente de recepción de noticias. Con el sistema español, en el que hay muchas emisoras locales, es su manera de conectarse con sus localidades. El público lo percibe como algo suyo”.
A partir del año 1986 El País adquiere la SER y se empieza a configurar un grupo muy potente y, con la concesión de Canal +, había una gran asimetría. Ahora hay mucho más equilibrio, hay dos grandes grupos con tamaños muy parecidos y a nivel competitivo la situación está más equilibrada de lo que había entonces donde Prisa era el primer grupo y el resto estaban muy alejados de él. “Un proceso de concentración que surge más del entorno económico, en los `80 se produjo por un tema de posicionamiento editorial, tamaño, influencia…ahora todas las operaciones están más obligadas por la situación económica, con los nuevos medios que están entrando, medios digitales que han cambiado la situación del ecosistema editorial”.
Sobre las nuevas plataformas como Twitch, González cree que hay una cierta fascinación por la novedad pero cuando hablamos de audiencias, “en nuestro grupo casi el 90% de la población española pasa al menos 1 vez por nuestros canales. Si hablamos en términos de usuarios únicos estamos en unos 40 millones cada día. Cuando saltó la noticia de que Ibai (Llanos) tuvo 400.000 usuarios en su programa, es lo que nosotros tenemos en los programas de madrugada, que teóricamente nadie ve y nadie compra. Son escalas tan distintas que sorprende mucho cuando se intentan comparar. “Están ahí, tendrán su público, sus nichos y tendrán sus anunciantes pero hablamos de magnitudes distintas”.
“Harán falta empresas más grandes, con capacidad de consolidar y competir con unas plataformas que, en este momento, además de su solidez financiera compiten de una forma asimétrica”
En un momento en que cada vez hay más plataformas digitales. desde Atresmedia cuentan con Atresmediaplayer Premium que tiene más de 400.000 suscriptores y “es ahí donde queremos competir. Tenemos un hueco en el denominado “héroe local” pues nadie puede hacer productos como nuestra Veneno o Cardo que han tenido éxito espectacular porque tenemos la capacidad de tocar temas locales que creo que estas plataformas no tienen. Está claro que vamos a competir aunque en situaciones distintas, porque los presupuestos no son los mismos, pero tenemos un hueco para ser ser la gran oferta local de contenido audiovisual y en ello estamos trabajando”.
Sobre cómo ha variado la programación desde entonces, especialmente el late night - prácticamente inexistente - el directivo de Atresmedia reconoce que es un problema de la demanda de los espectadores, de la forma de vivir. “Cuando comenzó la televisión no había programas de la mañana, la emisión comenzaba a partir del informativo de mediodía, luego se pensó que la mañana podría tener audiencia y podría ser rentable y, posteriormente, pasó lo mismo con los programas del late night”. Unos programas que acabaron no siendo tan rentables y con unas audiencias más complicadas. “Aparentemente deberíamos ir cambiando nuestra forma de vivir y acostándonos antes y en esa línea, los programas a partir de una determinada hora no son tan potentes ni tan caros como eran entonces”
De cara a futuro, González no sabe cómo quedará configurada la industria porque no sabe cómo serán las normas de competencia pero asegura que harán falta empresas más grandes, con capacidad de consolidar y competir con unas plataformas que en este momento además de su solidez financiera compite en una situación de asimetría competitiva, es decir, además de ser más grandes y más fuertes tienen menos normas de las que tenemos que cumplir nosotros. “Es sorprendente pero ahí no nos hacen mucho caso. No queremos tener mejores condiciones sino que al menos sean las mismas”.
Además, parece que las autoridades de competencia no están tan preocupadas por el consumidor a corto plazo, como lo estaban hasta ahora, y están mirando cuál puede ser el futuro y, si estas plataformas se convierten en monopolios, cuál será el resultado final si no las paran. “Pero es un proceso en el que están, seguramente más largo del que deberían, pero seguiremos reclamando porque estamos en una situación de clara indefensión”.
En todos estos años, Atresmedia ha pasado a tener una configuración distinta en la que “tomamos el papel de editores modernos en la que un editor era capaz de tener medios con diferentes perfiles editoriales, que hasta entonces no se conocía, y hemos demostrado que se puede ser un grupo que tiene unas ideas muy claras en relación a lo que quiere ser permitiendo que cada uno de sus medios tenga una línea editorial distinta porque al final te debes a tus espectadores”. Una configuración que se ha demostrado que es un éxito y que saben gestionar bien.
¿Cuál fue la época más complicada en la historia de este directivo? ¿Cómo afectará la situación macro a un grupo como Atresmedia? Vea el vídeo completo