Unos aducen una cosa, otros otra… lo cierto es que no se han cerrado porque no ha habido dinero comprador. La falta de capital en los mercados españoles es escalofriante, pese a que la recuperación del Ibex ofrece una imagen falsa de fortaleza. Pero es más que endeble: además de las citadas en el párrafo anterior, Cirsa o Cosentino están alargando para dentro de un año (o dos) la salida. Es inevitable pensar que han dado patada a seguir para no darse de bruces con la terrible realidad de la ausencia de dinero comprador


Lo que hay ahora en el mercado español es rotación de carteras, no capital nuevo. Está saliendo el dinero de Repsol, renovables (mención especial a Acciona), Puig o constructoras-inmobiliarias, para irse a Inditex, Iberdrola, banca y ‘aviones’ (IAG, Aena). Eso ha llevado al Ibex al entorno de los 12.000 puntos, algo mejor que los años precedentes, pero aun lejos de los máximos históricos donde están todos los grandes mercados. 


Veamos algunas cifras. En 2015, la contratación total de la Bolsa española fue de 962.000 millones de euros. En 2023, de 301.000. Este 2024, hasta septiembre, el total eran unos 235.000, lo que hace prever que el ejercicio rondará esa cifra de 300.000. Quizá se superen, pero será por poco y en gran medida por el efecto revalorización, gracias a Inditex, Iberdrola y los bancos. En cualquier caso: un tercio de hace 9 años. El índice sube, el volumen de negocio, no


También me ha dado por echar un ojo a las estadísticas de Inverco, la asociación de fondos de inversión, que publica unas cifras de septiembre bastante favorables. Favorables, excepto en la categoría de fondos que invierten en Bolsa española: son los únicos en los que el dinero se ha ido. Esta categoría pierde en tamaño 266 millones de euros y sus salidas netas son más de 600 millones en 9 meses. Los fondos ‘españoles’ pesan en el sistema de inversión colectiva un 0,7%. No llegan a 3.000 millones de euros, de un total de 387.000 millones. Los de Renta Variable Internacional (con mención especial a EE UU) tienen 60.000 millones. Unas 20 veces más que los nacionales. 


Estas cosas a Pedro Sánchez le molestan mucho y dijo en el Congreso que había que corregir semejante “error”. El error consiste en que el dinero de los españoles busca la rentabilidad en EE UU y, en menor medida, Europa, en empresas líderes, que ofrecen revalorizaciones estratosféricas. Y se van del país, en busca de retornos más cálidos. A este lado tenemos Grífols, al otro, Nvidia o Google. La apuesta la sabe cubrir hasta un niño. 


¿Saben por qué no logran culminar las salidas a Bolsa las compañías? Les explico el proceso: los bancos de inversión se van a ver a los inversores institucionales (hace lustros que no hay tramos minoristas, es decir, personas) y les presentan las compañías que quieren colocar. Y los potenciales compradores (fondos de inversión, de pensiones y aseguradoras, básicamente) les dicen que no suscriben. ¿Por qué? Porque no les entra apenas dinero a ellos, en una economía con deflación salarial y rentas per cápita de hace más de 10 años. El poco capital que captan las gestoras de fondos se va a EE UU, en busca de rendimientos claros. Y no van a rotar cartera con destino a nuevos activos en un mercado inestable jurídicamente como el español, donde las colocaciones que les llegan, además, vienen en gran medida por parte de fondos de capital riesgo. Además, la única del año, Puig, ha hecho mucho daño: acumula un 23% de caída bursátil en menos de seis meses y confirma que más que una opv, era un pasteleo de la banca de inversión, sin derechos políticos para el accionista y unos 70 millones de euros en comisiones para los colocadores


Ya se han ido, de esta manera, Ferrovial, y hay otros como Acerinox que lo están deseando. Por supuesto, no les quepa duda de que los grandes del Ibex tienen su plan de contingencia diseñado para irse; otra cosa es que no lo implementen, pero cuidado, que ya se fueron los bancos catalanes de Cataluña de tanto que les tocaron las narices. Parecía imposible, pero estas cosas pasan y luego todo es llanto y crujir de dientes. 
Dicho esto, insisto en que a este país se le puede dar la vuelta en apenas unos meses. Una de las soluciones es la generación de capital y para ello, hay medidas evidentes: 


Empecemos por retirar la tasa a las transacciones financieras. No se arreglará el mundo, pero sería un buen mensaje de entrada. 
Retiremos los impuestos inventados a bancos y energéticas. 


Demos la vuelta a los planes de pensiones: los límites a las aportaciones, destopados, y para inversiones de larga trayectoria (especialmente en activos españoles, ¿por qué no?), fiscalidad exenta en el momento del rescate. 


Incentivo a los fondos de inversión, especialmente a los que inviertan en activos españoles y mantengan la permanencia en ellos. 
Fomento de la inversión directa en el mercado español, con descuentos fiscales a la tenencia de acciones y cobro de dividendos al cabo de un tiempo elevado. 


Apoyo a la reinversión de capital y al ahorro en general


Unas cuantas medidas como estas y las salidas a Bolsa no se cancelarían. Seguro que el dinero dejaría de irse tan alegremente al Nasdaq que, por cierto, está a 18.000 puntos. Un 350% en lo que va de siglo y eso que sufrió el pinchazo puntocom y la crisis financiera. El Ibex está al 0%, 24 años después. ¡¡¡0%!!! No tiene un pase. 


España debe dar un volantazo. Volver a “generar” y olvidarse de “redistribuir”. Es necesario traer capital sí o sí. Dinero de verdad, no carteras apalancadas de los private equity. Hay que frenar la fuga de dinero e intentar que retorne el que se ha ido. Y no es tan difícil.