En la banca de inversión hay cada vez menos analistas para analizar las firmas de pequeña capitalización que para las cotizadas de mayor tamaño. Esto se debe a la combinación de varios factores; por un lado, la existencia de un mayor número de compañías y, por otro, a su menor capitalización bursátil. Tener un valor más bajo significa una menor rotación de acciones, lo que se traduce a su vez en menores ingresos para los banqueros de inversión. El mercado estadounidense representa casi la mitad del índice MSCI AC World Smaller Companies Index y allí la media de analistas que cubren empresas de gran tamaño es 23 casas frente a siete para las de pequeña capitalización.

La normativa MIFID II está reconfigurando la industria. Un año después de su entrada en vigor, un estudio de Numis sobre el mercado de las pequeñas compañías del Reino Unido, analizó el efecto sobre que tenía la cobertura de los analistas sobre este tipo de empresas. Descubrieron que la cobertura total de las small caps había disminuido alrededor de un 8%.

 

Small caps: oportunidad para la gestión activa

 

Este estudio reveló que las recomendaciones de los analistas sobre las acciones de pequeña capitalización añadían valor. La rentabilidad relativa fue positiva cuando la recomendación del consenso era de compra. Es cierto que había una excepción, cuando la recomendación de compra era de solo una firma. Por el contrario, no ocurría lo mismo con las acciones de gran capitalización.

Las acciones de las empresas más pequeñas ofrecen a los inversores un resultado en su comportamiento en bolsa más variado. De hecho, este tipo de firma se suele situar siempre entre las que más suben o que más bajan en el mercado. De las acciones del índice MSCI AC World Smaller Companies, el 26% generó un rendimiento positivo de más del 50% en 2017 frente al 17% del MSCI AC World Index. Sólo el 0,5% del Índice de Pequeñas Empresas (70 acciones) registró rendimientos negativos superiores al 50%, frente al 0,02% (o sólo cinco acciones) de las acciones de gran y mediana capitalización. Esto refleja una gama más amplia de resultados. Las empresas más pequeñas tienen más posibilidades de crecer. Sí es cierto que también hay una mayor proporción del small caps entre las que presentan caídas: 16% para el MSCI AC World Smaller Companies Index frente al 7% para el MSCI AC World Index en 2017.

El análisis que hay disponible de las firmas de pequeña capitalización es, a menudo mucho más superficial. Esta brecha de información abre oportunidades para encontrar ideas convincentes de inversión que otros aún no han descubierto.

Aumento del papel de la inversión pasiva

El hecho de que la gestión pasiva o cuantitativa tenga un mayor control del mercado de renta variable se debe a varias tendencias.

En primer lugar, el traspaso de activos desde la gestión activa a la pasiva ha sido un tema omnipresente entre las carteras de compañías de gran capitalización. Sin embargo, es menos significativo para las empresas más pequeñas, aunque está creciendo (a partir de una base baja). La diferencia de comisiones entre los fondos de renta variable pasivos y los gestionados activamente es menos pronunciada para las empresas más pequeñas. Fidelity ha sido noticia recientemente al ofrecer dos fondos sin comisiones a los inversores estadounidenses. Un inversor británico en el FTSE 100 Index Unit Trust de Vanguard pagará unos gastos corrientes de sólo el 0,06%. Por el contrario, el Vanguard Global Small-Cap Index Fund tiene unos gastos en curso del 0,38% para los inversores del Reino Unido.

En segundo lugar, los productos smart beta están creciendo en popularidad, y las decisiones de inversión se basan en modelos cuantitativos. Los activos bajo gestión para estos productos, en fondos de inversión y ETFs, superaron el billón de dólares en 2017, según Morningstar. Muchos productos incluyen una orientación hacia las empresas más pequeñas (o factor de tamaño, junto con estrategias de valor, calidad, impulso y baja volatilidad).

Si bien el coste de la recopilación y el procesamiento de datos ha disminuido, el número de profesionales de la inversión con conocimientos cuantitativos ha aumentado. Estas cifras pueden convertir rápidamente las últimas investigaciones académicas en prácticas de inversión. Sin embargo, entre las empresas más pequeñas persisten las anomalías que pueden ser explotadas por el análisis fundamental.

 

En la bolsa española cotizan más de 100 empresas consideradas medianas o pequeñas.

 

En tercer lugar, ha habido un papel cada vez más importante de los gestores macro. Por lo general, compran y venden productos de índices para implementar sus puntos de vista de trading. A menudo ignoran por completo a las empresas más pequeñas. Si invierten en empresas de una menor capitalización - posiciones largas o cortas - lo hacen normalmente para tomar un punto de vista sobre las ventajas relativas de las empresas más pequeñas frente a las más grandes.

En conjunto, estas tendencias significan que los gestores que no analizan empresas individuales desempeñan un papel cada vez más importante en el mercado. Esto puede aumentar las posibilidades de que aquellos profesionales que se encargan de la selección de valores añadan valor a través del análisis fundamental.

Amplia gama de riesgos = amplia gama de oportunidades

El universo de las empresas de pequeña capitalización es grande, lo que da prioridad a los gestores con recursos. Ser capaces de extraer valor de este universo global de acciones requiere un proceso de inversión disciplinado. Una cierta forma de evaluación cuantitativa es un primer paso necesario para evaluar a más de 6.000 empresas. Esto es cierto tanto si los inversores basan sus decisiones posteriores en el juicio, el análisis cuantitativo o en una combinación de ambos factores.

Los inversores también deben ser conscientes de los riesgos de país, industria y divisas. Esto es cierto tanto si se dirigen activamente a estos riesgos como si son un subproducto de su proceso de selección de acciones.

Riesgos específicos de las compañías

El riesgo dominante - y la oportunidad - en una cartera de empresas más pequeñas es el específico de cada compañía. Una monitorización cuantitativa puede resaltar dónde buscar estas oportunidades. Pero el análisis fundamental proporciona a los inversores una mayor comprensión.

Los gestores de fondos que se reúnen con los equipos de gestión de la empresa pueden evaluar aquellos aspectos de la inversión que son difíciles de cuantificar, como la estrategia corporativa. Los inversores necesitan juicio para comprender los riesgos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Este análisis no es sólo un paso necesario para entender el riesgo. También permite a los inversores animar a las empresas a cambiar su comportamiento. Además, ofrece a los inversores la posibilidad de beneficiarse de los cambios en las calificaciones ESG.