El mercado americano cerró el mes de febrero con caídas por primera vez en más de doce meses. ¿Cambia algo la perspectiva cuando hablamos del mercado americano?
La gente se sorprendió mucho en la primera semana de febrero, cuando la bolsa estadounidense cayó alrededor de un 8%. Pero eso no lo insólito, lo insólito es lo que pasó el año pasado. El año pasado fue el primero en más de cien años que la bolsa de EEUU subió todos los meses de manera consecutiva, no había pasado nunca, eso sí que es insólito. Las bolsas tiene que tener correcciones como las que vimos en febrero de forma habitual. Pero lo importante es que el fondo sigue siendo positivo aunque hay nubes en el horizonte, la economía mundial crece de manera sincronizada, donde la inflación está controlada, ya veremos qué es lo que pasa con las políticas fiscales de Trump en EEUU, con políticas monetarias muy expansivas aunque los tipos están subiendo, el entorno macro es positivo. Pero lo que está claro es que la volatilidad va a ser nuestro compañero de viaje durante este 2018.
Sobre crecimiento habló Jerome Powell la semana pasada sobre que la política de la Reserva Federal era favorecer el crecimiento y evitar el sobrecalentamiento de la economía, y esto se ha interpretado como que en lugar de tres habrá cuatro subidas de tipos este año. No se si esto puede ser un palo más en la rueda de los mercados…
Una de las claves es cómo va a actuar la Reserva Federal y el nuevo presidente, que tiene un papel crucial. Su antecesora Janet Yellen se caracterizó por ser bastante transparente, por telegrafiar lo que iba a hacer la Fed. Ese manera de actuar el mercado la recibía muy bien y no había demasiados sobresaltos, algo que con Alan Greenspan no era así, pero tanto con Bernanke que ya empezó con otro tono como Yellen eran más comunicativos. Habrá que ver si Jerome Powell coge el testigo o no. El riesgo no es sólo que la Fed suba los tipos de forma más rápido de lo previsto, el riesgo está en lo que pueda hacer el Gobierno de EEUU. La política fiscal es muy expansiva, que va a generar más consumo, pero en una economía con pleno empleo no se hasta qué punto eso es necesario. El elemento más inflacionista que hay en una economía son los salarios y ya vimos cómo avanzaron en febrero y como impactó en los mercados. Y ya veremos los aranceles en el acero y en el aluminio, eso también es inflacionista. Por lo que la Fed quizá se vea en la necesidad de subir los tipos más de cuatro veces, por lo que es una incertidumbre porque no sabemos aún cómo va a ser la política de Trump respecto al acero y al aluminio.
Los mercados europeos también cerraron a la baja, pero la economía europea tiene buenos fundamentales. ¿Las bolsas europeas subirán si EEUU no?
En BMO estamos positivos con Europa con respecto a Estados Unidos, pero también lo estábamos hace un año y hace dos, pero fue EEUU el ganador en esta batalla amiga. Pero este año vemos que EEUU está caro en valoración, las empresas están en máximos de beneficios, si los salarios aumentan los márgenes empezarán a caer. Por lo que el viento de cara en Europa es más favorable porque hay margen de mejora en productividad, política monetaria mucho más expansiva en Europa que en EEUU, mucha más capacidad ociosa, las empresas están más baratas, por lo que en teoría Europa tiene mejor aspecto. Aunque si EEUU cae, se me antoja complicado que Europa lo pueda hacer bien, yo veo que ambos suban pero que Europa escale algo más.
En Europa hay incertidumbres propias como las elecciones en Italia, donde el partido más votado ha sido el Movimiento 5 Estrellas…
El componente geopolítico siempre será un componente de incertidumbre. En Europa lo hemos vivido durante muchos años, desde el inicio de la crisis y lo de Italia no es una sorpresa, la sorpresa hubiera sido que hubiera habido un partido que hubiese conseguido más de un 40% de los votos, En los últimos años Italia ha tenido muchos gobiernos, de los últimos cinco tres no electos. Pero el mercado descontaba que ningún partido iba a tener un resultado con mayoría y tendrán que pactar. En España tenemos experiencia, por lo de Cataluña, en Alemania parece que ya por fin va haber una gran coalición. Estos pactos son el pan nuestro de cada día en Europa y yo creo que el mercado los asume con cierta deportividad.
Hemos hablado de Europa y EEUU. ¿Dónde ve valor ahora mismo en los países emergentes?
Contra todo pronóstico, sobre todo después de la victoria de Donald Trump los emergentes fueron los que mejor lo hicieron, con un retorno del 35% en 2017. Lo cual demuestra lo complicado que es invertir y lo importante que es diversificar y tener un poco de todo en cartera. Este años que los mercados desarrollados empezaron muy fuerte en enero y hemos tenido correcciones en febrero y ahora mismo está todo en negativo. Si miramos a los emergentes está casi todo en positivo, en EEUU y Europa tenemos retornos del -3%, -4%, -5% y en emergentes +6%, por lo que se empieza a ver cierta diferencia de rentabilidad entre unos y otros. En BMO no nos gustan los emergentes vinculados a las materias primas, sino que apostamos por aquellos países que se van a haber beneficiados de aquellas tendencias macroeconómicas y estructurales que van a ocurrir. Una es la demografía, todos los emergentes salvo China tienen una pirámide poblacional muy saludable, la urbanización, según la ONU en los próximos 15 años que emigrarán del campo a la ciudad y el tercer elemento es la convergencia tecnológica respecto al mundo occidental, en los emergentes la gente pasa de no tener móvil a tener el último modelo. En esta tendencia vemos a países como India, Indonesia, Filipinas, Vietnam, mientras que Rusia, Brasil y Sudáfrica los vemos muy vinculados a las materias primas.