La inversión socialmente responsable persigue objetivos en tres áreas: medioambiental, social y gobierno corporativo. Las carteras que se rigen por estos criterios pueden ofrecer rendimientos tan altos como las inversiones convencionales, algo que ha quedado de manifiesto con datos empíricos. De hecho, según un estudio realizado por UBS ETFs en el que se monitorizaron diariamente carteras ISR de acciones y bonos de diferentes regiones entre octubre de 2007 y marzo de 2016, de media, los rendimientos de las carteras con filtro ISR fueron mayores que los de las carteras sin él.
Además, tampoco hay evidencias de que los inversores tengan que asumir un mayor riesgo. Es más, en determinadas circunstancias, los inversores pueden incluso obtener rendimientos ajustados al riesgo superiores frente a las carteras convencionales.
El éxito de esta inversión socialmente responsable radica en la transparencia. Esta también es una de las razones clave por la que los ETFs sostenibles han ganado popularidad en los últimos años.
En un mercado globalizado, que cada vez demanda más transparencia, las compañías que no despierten la confianza de los inversores estarán expuestas a una difícil situación legal y reputacional, lo que probablemente les acarree unos costes más elevados. Por este motivo, es lógico pensar que la mayor parte de las compañías tenderán a asumir los criterios ISR y los inversores a incluir dichos principios en sus decisiones de inversión.